Lo primero que debemos hacer es definir los conceptos.
Debemos tener en cuenta que eficiencia y eficacia no significan lo mismo.
Eficiencia: Podemos definir la eficiencia como la relación entre
los recursos utilizados en un proyecto y los logros conseguidos con el mismo.
Se entiende que la eficiencia se da cuando se utilizan menos recursos para
lograr un mismo objetivo. O cuando se logran más objetivos con los mismos o
menos recursos.
Eficacia: Podemos definirla como el nivel de consecución de
metas y objetivos. La eficacia hace referencia a nuestra capacidad para lograr
lo que nos proponemos sin tener en cuenta los recursos utilizados.
Así, es perfectamente es posible ser eficientes sin
ser eficaces de la misma forma que podemos ser eficaces sin ser eficientes. Lo
ideal sería ser eficaces y eficientes a la vez.
Ventajas: En el desempeño de nuestras tareas diarias (En nuestro
puesto de trabajo pero igualmente en nuestro quehacer ordinario) la búsqueda de
la máxima eficiencia y eficacia nos ofrece muchas ventajas. Por supuesto que
toda obsesión no es buena para nosotros así que, teniendo como objetivo ser
eficientes y eficaces, debemos tener en cuenta que obsesionarnos con la
consecución de dicho objetivo tendrá la consecuencia contraria y
contraproducente a lo que pretendemos.
A continuación enumero algunas ventajas de ser y/o
sentirse eficiente y eficaz.
· Gestionar mejor nuestro tiempo nos hará contar con
más tiempo para más actividades (incluida la actividad consistente en descansar
o el tiempo dedicado al ocio, los cuales han de ser asimismo eficientes y
eficaces). Importante dominar el estrés y la ansiedad de forma que encontremos
un equilibrio entre la tensión que supone el manejo del esfuerzo en la unidad
de tiempo y el posible malestar que ocasiona esa tensión.
· La gratificante sensación del deber cumplido y de la
mejora constante hará que crezca nuestra autoestima y, por tanto, nuestra
seguridad, lo cual hará a su vez, que seamos más eficientes y eficaces.
· El reconocimiento social de la eficacia y la
eficiencia es, así mismo, altamente gratificante y nos dota también de mayor
autoestima, seguridad, autosuficiencia y sensación de pertenencia a grupo
social. Es decir… nos proporciona salud mental.
· Desde el punto de vista laboral, eficiencia y
eficacia tienen recompensa en forma de reconocimiento, ascenso, consecución de
puesto de trabajo, aumento de la retribución etc.
· Desde un punto de vista vital nos dará la sensación
(cierta) de que aprovechamos el tiempo, de que vivimos más que otras personas,
de que crecemos más y mejor como individuo independiente, de que somos útiles a
la sociedad etc.
· Ser objeto de admiración e incluso adulación (salvo
por aquellos que se bañan en ríos de envidia) es, cuanto menos, reconfortante.
Todos lo necesitamos, a todos nos encanta y la eficiencia y eficacia nos lo
ofrece.
- Fomenta la imaginación y convierte en gratificantes
sueños la fantasía.
En definitiva… la búsqueda de la eficiencia y la
eficacia nos hará sentirnos mejor, nos enriquecerá, nos hará crecer como
persona, nos hará madurar, nos dotará de más y mejor tiempo para todo tipo de
actividades, nos proporcionará más ingresos y nos hará ver la vida como un mar
de oportunidades. Nos ayudará a deshacernos de nuestros miedos e inseguridades
y nos permitirá ser mejores personas mediante la ayuda a quienes son menos
eficientes y eficaces.
La eficiencia y la eficacia están íntimamente
relacionadas con la autosuficiencia, la capacidad de esfuerzo, la capacidad de
concentración, la capacidad para trabajar en equipo y, en definitiva… además de
ser un claro signo de inteligencia que, sin duda, será aumentada, te dota de la
libertad de actuación que te hace crecer como individuo independiente y, sin
embargo, asertivo y social.
La persona que es eficaz y eficiente es una persona
positiva que aporta positividad a su entorno y que la contagia. Ve soluciones
donde otras personas ven problemas. Ve esperanza donde otros ven desesperación.
Contagia el buen ánimo donde otros transmiten negatividad.
Resumiendo aun más…. Ser eficientes y eficaces nos
debe hacer más felices. Eso sí… siempre y cuando gestionemos correctamente el
estrés y consigamos no caer en obsesiones.
Disponer de herramientas como la resiliencia para
superar posibles frustraciones también nos servirá de gran ayuda.
Todo ello es fomentado en la búsqueda de eficacia y
eficiencia. Contribuye, asimismo, a hacernos sentir bien con nosotros mismos, a
querernos. Importante no caer en la pedantería o la falta de humildad. Es
perfectamente posible ser eficaces y eficientes y a la vez humildes,
considerados, educados, compasivos y tolerantes. Ese es el objetivo final y no
podemos perderlo de vista porque, caer, por ejemplo, en la imposición de
soluciones nos impediría enriquecernos con las posibles soluciones aportadas
por las demás personas y nos causaría el rechazo inmediato por parte de los
demás.
Comiendo, comprando, desarrollando nuestras
capacidades, en cualquier forma de arte, en el deporte, en las miles de tareas
que desempeñamos que van desde el acto de andar hasta el acto de comprar,
lavarse, secarse, beber, andar, conducir, hablar, trabajar, escribir….en toda
acción humana se puede buscar ser eficaz y eficiente, por tanto, más que un
aspecto concreto de nuestra personalidad, es más bien, una forma de vida.
El “precio a pagar” es la constancia, la tenacidad, la
pasión, la capacidad de esfuerzo, la positividad, el deseo de aprender, de
mejorar, de superar dificultades y el ofrecimiento constante de todas nuestras
capacidades. Sin embargo, es en ese “pago” donde encontraremos buena parte de
la recompensa.
Fdo. Diego Bueno