sábado, 12 de julio de 2025

HABLEMOS DE "FACHAPOBRES"... ¡¡POR FIN!!

 

Suele ser gente sin estudios, aunque también los hay con la mente desquiciada y rasgos psicóticos, tipo Don Quijote. Es necesario recordar que leer mucho con mala comprensión lectora es, a veces, incluso peor que no leer. En cualquier caso, el semianalfabetismo es, podríamos decir, una característica bastante común entre los "fachapobres". No es solo que no hayan terminado sus estudios por falta de capacidad, lo cual no es un delito ni mucho menos, sino que, sobre todo, no lo consideran algo importante. De ahí su falta de empeño o constancia por aprender y su incapacidad para entender que estudiar y leer son actividades que abren la mente, permiten adquirir otras perspectivas, manejar más posibilidades y disponer de mayor capacidad de análisis, deducción y procesamiento de la información. Muchos/as hablan de que sus estudios los han llevado a cabo en "la universidad de la vida" e incluso presumen de ello como si eso convalidara o fuera incompatible con los estudios reglados.

Suelen alardear de que son muy trabajadores, y es verdad que suelen serlo. Están dispuestos a trabajar gratis, y en cuanto un compañero o compañera exige sus derechos o se niega a trabajar sin remuneración, ellos son los primeros que recriminan su actitud y los llaman vagos a las primeras de cambio, ganándose así la consabida palmadita en la espalda de sus jefes y la antipatía de sus compañeros/as. Piensan que el verdadero trabajo es físico. Están radicalmente en contra de los sindicatos. Toda la propaganda antisindicalista que despliegan los empresarios (por razones más que obvias) surte efecto, sobre todo, entre los "fachapobres". A los sindicalistas los llaman vividores y aprovechados, aunque todavía no se conoce a ningún "fachapobre" que haya renunciado a alguna de las muchas mejoras que han conseguido los sindicatos o, directamente los trabajadores, mediante medidas de presión como, por ejemplo, huelgas. Trabajen donde trabajen, no suelen hacer huelga jamás. Nunca los verás en ninguna manifestación en favor de sus intereses o de colectivos discriminados. Los chivatos y los pelotas de los jefes son siempre "fachapobres". Se venden barato. Muchos/as envidian al empresario; de hecho, le rinden culto y lo consideran con capacidad superior al resto, así que, por lógica, deben tener privilegios con respecto a los demás. Los "fachapobres" asumen que su estatus social es el que es, que en el mundo siempre ha habido ricos y pobres, y que, al fin y al cabo, tienen suerte de estar trabajando ahí. Esa sensación tiene mucho que ver con su dañada autoestima, probablemente lastimada durante sus años como fracasados escolares, pero también es consecuencia de la educación recibida por su entorno. Son los del "servilismo mamón de las marmotas de Andalucía" que mencionaba el gran Juan Carlos Aragón Q.E.P.D. allá por 1999.

Suelen tener en común el amor por las armas, lo belicoso y la patria. Les encantan las banderas, los desfiles militares y, generalmente, el catolicismo. Suelen ser amantes de las tradiciones que les inculcaron de pequeños, incluidas las que convierten en espectáculo el daño, sufrimiento y asesinato cruel a animales inocentes para regocijo de un público que paga para "disfrutar" de "eso" a lo que, para colmo, llaman "fiesta".

En la distancia corta suelen tener un trato afable, incluso divertido o extrovertido. Viajan poco al extranjero porque "¡como España no hay na!", y cuando lo hacen, en vez de disfrutar de lo que hay en ese lugar, se dedican a comparar con lo que ellos conocen y que es el súmmum. El arraigo es tan enormemente exagerado que les impide disfrutar de todo lo que no sea lo que conocen desde pequeños. Tienden a simplificarlo todo y a generalizar. Si comen una pizza en una de las miles de pizzerías de Roma y no les gusta, son capaces de decir que las pizzas italianas no son para tanto. Y así, todo.

Antes no, pero a día de hoy ya se atreven a opinar de política. Suelen ser ofensivos y pecar de "sincericidio". Solo emplean la mesura para callar, pero cuando hablan son crueles y sacan a relucir toda esa falta de empatía, compasión o tolerancia.

Miran a los inmigrantes desde arriba, como si les estuviéramos haciendo un favor permitiéndoles que vivan y trabajen aquí mientras se aprovechan de la necesidad de la "panchita" que cuida de sus padres por un precio irrisorio en comparación con la labor que desarrolla.

Suelen ser machistas (tanto ellas como ellos). Por su tendencia a simplificarlo todo, en el mundo de los fachapobres solo existen hombres y mujeres. Como mucho, "maricones". No les importa cómo se sientan las personas con identidades LGTBI+.

Las personas con discapacidad son vistas y percibidas por los fachapobres como una desgracia, una carga para sus padres, un "marrón" que les ha tocado a esos padres que quedan condenados a vivir una vida con limitaciones. No son capaces de ver, en la discapacidad, una cuestión social o un aporte positivo de ningún tipo. Incluso, a veces, se quejan de las ayudas que reciben las personas con discapacidad.

Les encanta el cerveceo, las camisas de manga larga cuando quieren ir "bien vestidos", las barbas de varios días y los tatuajes que hacen referencia al honor relacionado con la batalla o la patria.

Sus manipuladores saben perfectamente que para tenerlos de su lado solo tienen que apelar a los sentimientos patrióticos, a sus tradiciones o a todo lo que porte armas (policía, Guardia Civil, ejércitos...), así que los usan para que sean ellos mismos quienes escupan hacia arriba y luchen en contra de sus propios intereses.

Los fachapobres que se vienen arriba ahora que cualquiera puede opinar en redes sociales, consideran que poseen un verdadero espíritu crítico. Sin embargo, para poder tenerlo realmente, es necesario ser capaz de hacer análisis rigurosos, evaluar las evidencias, identificar los sesgos, formular preguntas, considerar múltiples perspectivas, realizar un razonamiento lógico y tener la suficiente humildad como para permitirse la autocorrección. Teniendo en cuenta que muchos de ellos, en el colegio, tenían problemas para hacer la típica redacción de septiembre acerca de cómo había ido el verano o que otros muchos llevan una vida caótica, no es muy probable que sean capaces de poseer un verdadero espíritu crítico.

Nunca los verás en una manifestación contra el maltrato a animales o a las mujeres, o en contra de la guerra, o en manifestaciones para que los empresarios no abusen y cumplan los acuerdos, o para reivindicar cualquier mejora social de los trabajadores como ellos.

Dado que no son ricos, pero sí que son fachas, se indignarán solo cuando sea gente de izquierda quien cometa tropelías, robos, abusos, etc. Apelarán a la honorabilidad, a la honestidad y a los valores, salvo que todas esas tropelías, abusos y robos los cometan gente de derechas y empresarios en general. Son capaces de criticar que un trabajador robe un lápiz y de callar cuando un empresario roba millones de euros, y por supuesto, todo lo que, desde su punto de vista, atente contra la unidad de Españñña merece el peor de los castigos.

Obviamente no todos los “fachapobres” poseen todas estas características, pero todas ellas son propias de “fachapobres”.

Yo no sé discernir si cada vez son más, pero es cierto que cada vez se dejan ver más y que cada vez sienten menos vergüenza por mostrarse públicamente, ya que entre ellos refuerzan su autoestima hasta el punto de que no solo deja de estar dañada, sino que pretenden convertirse en adalides de la nueva tendencia política, social y moral. ¡Apañados estamos!

Fdo. Diego Bueno

No hay comentarios:

Publicar un comentario

HABLEMOS DE "FACHAPOBRES"... ¡¡POR FIN!!

  Suele ser gente sin estudios, aunque también los hay con la mente desquiciada y rasgos psicóticos, tipo Don Quijote. Es necesario recordar...