No es algo nuevo.
Es tan antiguo como el deseo humano de controlar y manipular
opiniones ante el miedo a los cambios de todo tipo.
Ya los católicos se burlaban de los protestantistas o los
judíos para desacreditarlos, los “terraplanistas” se burlaban de quienes decían
que la tierra era redonda, la santa inquisición se burlaba de Galileo Galilei
por decir que la tierra no era el centro del universo y así un larguísimo
etcétera.
-El término “hahaganda”
—que en español podría traducirse como jajaganda— fue acuñado por primera vez
en 2017 en un estudio que analizaba cómo los medios de comunicación rusos
desinforman mediante el humor o la burla. Su objetivo final no es convencer al
público sino socavar la credibilidad de la persona o institución contra la que
se despliega. -
El uso de la burla, la mofa, la desacreditación, el chiste
fácil y la personalización de tales actitudes tiene un origen sencillo de
entender.
Es producto de las actitudes del miedo a los cambios por
parte de las ideologías conservadoras o reaccionarias que sienten temor a la
pérdida de su estatus (económico, social, de pensamiento y/o burgués).
Ha ocurrido y sigue ocurriendo contra el feminismo mediante
burlas hacia personas feministas. Para ellos los hombres feministas somos,
simplemente, “calzonazos” o “maricones” y las mujeres feministas son
“marimachos” “camioneras” o, simplemente “feas” e ingenian burlas y chistes,
algunos (he de reconocerlo) incluso con mucha gracia e ingenio si no fuera por
el mal gusto que les caracteriza.
Ha ocurrido y sigue ocurriendo contra las personas
inmigrantes. Para ellos no son más que delincuentes en potencia.
Ha ocurrido y sigue ocurriendo, igualmente, con el veganismo
y de la misma forma se crean memes, chistes, vídeos… con una carga innegable de
mofa, burla y chiste fácil hacia las personas veganas o hacia quienes defienden
el no maltrato a animales.
Ahora mismo está ocurriendo con la activista Greta Thumberg
(Un ejemplo claro fue el desprecio de Trump, que ha marcado el camino a seguir
por todos los de su calaña).
Desacreditación por ser mujer, por ser menor de edad (igual
de menor de edad que las chicas que hacen gimnasia rítmica o cantan “La bien
pagá”, por ejemplo) o por tener síndrome de Asperger.
Los negacionistas, ante la falta de argumentos y su
resignación a admitir y corroborar lo que los científicos afirman rotundamente,
incluso procuran sacar y destacar a sus propios ídolos, más que para
ensalzarlos, para desacreditar a esta chica que se limita a decirles verdades
incómodas de oír. No les interesa la concienciación social ante la urgencia de
actuación que requiere el cambio climático, sino más bien oponerse a los
intrínsecos cambios que deben acompañar a esa concienciación social.
Que una chica cabreada ponga en juego sus enormes intereses,
evidentemente, les saca de quicio
Como puede observarse, al final de todo, lo que subyace no
es más que el miedo al progreso y a las políticas progresistas, tal como ha
venido ocurriendo a lo largo de los tiempos.
Fdo. Diego Bueno