sábado, 28 de noviembre de 2009

HABLEMOS DE FELICIDAD… POR FIN

 

Empecemos por definir el concepto de felicidad.

Difícilmente sabremos buscarla si no sabemos qué es y difícilmente tendremos conciencia de ser felices sin saber qué es eso que llamamos felicidad. Y como una de las grandes claves para ser feliz es, precisamente, ser consciente de ello….. será mejor que la definamos.

Desde el punto de vista del positivismo la felicidad, en términos generales, es el intento del hombre por no desanimarse ante el cambio del medio. Es un estado de ánimo caracterizado por dotar a la personalidad de quien la posee de un enfoque, del medio, positivo. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría.

Visto desde un punto de vista religioso, para la mayoría de las religiones la felicidad sólo se logra en la unión con Dios, no es posible ser feliz sin esta comunión, por ello, y dada mi condición de agnóstico, obviaré el punto de vista religioso para centrarme en el aspecto filosófico que (este sí) nos atañe a todos y no depende de creencias en lo incierto (fe).

Como muy bien queda definida… la felicidad parte del interior. Ha sido perseguida y buscada por el ser humano desde que el mundo es mundo y no existen reglas fijas. Esto es lo más desconcertante. Es lo que explica que personas con muchos menos medios que nosotros sean más felices que otras tantas con muchos más medios.

Es más…. La misma situación, en espacio y tiempo, es vista, como algo positivo o no, dependiendo, no solo de si se trata de una percepción hecha por distintas personas, sino que una misma persona reacciona de distinta forma ante situaciones iguales en función de su estado de ánimo.

El carácter de la mujer (en general) es mucho más voluble que el del hombre. Los científicos explican estas diferencias por los cambios hormonales que se producen en el cuerpo de la mujer. Los cambios estacionarios, de temperatura y de presión atmosférica también nos influyen determinantemente. Ahora en otoño, por ejemplo, se aviva la percepción de lo negativo.

La salud es, también, uno de los factores más importantes desde el punto de vista de la influencia que tiene sobre nuestra felicidad. La consecución de las metas que nos trazamos, tanto las pequeñas metas como las que son a largo plazo. La sensación de contar con amigos, pareja, hijos, familia que nos entienden, nos apoyan, nos proporcionan buenos momentos y, en definitiva, con quienes interactuamos. El viajar (viajar como sentimiento, no tanto como acto de desplazarse de un sitio a otro). El pertenecer a un o unos grupos determinados, la escala de valores, la autenticidad, el sentido moral, la educación recibida, la cultura, el entretenimiento, la calidad y cantidad de trabajo etc… Son muchos los factores que nos influyen a la hora de sentirnos o no felices pero…. La percepción parte siempre de dentro de nosotros.

Y la gran pregunta es…. ¿Qué puedo hacer para cambiar esa percepción en caso de que no sea la correcta?.

Yo opino que se puede aprender a vivir. Yo creo que hay formas de intentar ver las cosas de forma positiva. Lógicamente la felicidad no es un valor estático. Es algo cambiante y como tal tenemos derecho  a sentirnos infelices con cierta frecuencia. Probablemente necesitamos eso para luego saber valorar los buenos momentos. De la experiencia vital debemos aprender. Independientemente de las artimañas que nuestro cerebro elabore para hacernos sentir bien… hay actitudes que pueden ser aprendidas para conseguir esas artimañas sin que tenga que pagarlo nuestro ego y hay actitudes encaminadas a terminar apreciando lo que somos y cambiar aquello que no nos gusta de nosotros mismos.

Y es que el cambio… no sólo es posible, sino inevitable y necesario. La vida es cambio. Cambia el tiempo, el espacio y nosotros mismos. Por tanto cambia, también, nuestra forma de percepción y nuestra interpretación de lo percibido. Somos seres complejos. Muy complejos. Además, somos únicos, irrepetibles y, para colmo, cambiantes. Aun así… hay formas de cambiar adrede aquellos aspectos que hacen, en definitiva, que nos sintamos infelices. Creo en el poder de la autoresponsabilidad para con nuestra felicidad.

Está demostrado que una de las armas más efectivas para conseguirlo es la aceptación del yo, el enamorarse de sí mismo partiendo del autoconocimiento a través, no sólo de lo que creemos ser, sino de lo que los demás creen que somos. Y cuando se termina consiguiendo ese estado de plenitud que llamamos felicidad… he comprobado que esta no se queda para nosotros solos, sino que es irradiada a nuestro alrededor. Por eso tenemos el poder de hacer felices a los que amamos y por eso es inteligente sentirse feliz constatando que somos capaces de hacerlos felices a ellos.

A partir de esta maniobra que casi todos ejecutamos un poco por puro instinto… he llegado a ver de todo. Desde quienes se engañan a sí mismos y/o se autoconvencen de que han percibido o dejado al descubierto lo que no es, hasta los que convierten el “sufrimiento” en forma de vida, pasando por quienes distorsionan adrede las realidades o quienes, por ejemplo, tienen tendencia a convertir en problema aquello que, no sólo no lo es, sino que se supone que eso sería motivo de alegría.

Señoras y señores!!!!!!!! Usemos nuestras armas pero…

1º- sepamos qué armas usar (no se deben matar moscas a cañonazos)

2º. Sepamos cómo usarlas (en tiempo y forma)

3º- Conozcamos todas las armas de que disponemos

*       La vida no es justa, pero aún así es buena.

*       La vida es demasiada corta para perder el tiempo odiando a alguien.

*       Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo. Tus amigos y familia sí. Mantente en contacto..

*       No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo.

*       Llora con alguien. Alivia más que llorar solo.

*       Cuando se trata de chocolate, la resistencia es inútil.

*       Haz las paces con tu pasado para que no arruine el presente.

*       No compares tu vida con la de otros. No tienes ni idea de cómo es su travesía.

*       Respira profundamente. Eso calma la mente.

*       Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre.

*       Lo que no te mata, en realidad te hace más fuerte.

*       Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda sólo depende de ti.

*       Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no aceptes un "no" por respuesta.

*       Enciende las velas, utiliza las sábanas bonitas, ponte la lencería cara. No la guardes para una ocasión
especial. Hoy es especial.

*       Sé excéntrico ahora. No esperes a ser viejo para serlo.

*       El órgano sexual más importante es el cerebro.

*       Nadie es responsable de tu felicidad, sólo tú.

*       Enmarca todo supuesto "desastre" con estas palabras: "En cinco años, ¿esto importará?"

*       Perdónale todo a todos.

*       Lo que las otras personas piensen de ti, no te incumbe.

*       El tiempo sana casi todo. Dale tiempo al tiempo.

*       Por más buena o mala que sea una situación, algún día cambiará.

*       No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.

*       No cuestiones la vida. Sólo vívela y aprovéchala al máximo hoy.

*       Llegar a viejo es mejor que la alternativa.....morir joven.

*       Todo lo que verdaderamente importa, al final, es que hayas amado.

*       Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.

*       Si juntáramos nuestros problemas y viéramos los montones de los demás, querríamos los nuestros.

*       La envidia es una pérdida de tiempo. Tú ya tienes todo lo que necesitas..

*       Lo mejor está aún por llegar.

*       No importa cómo te sientas... arréglate y preséntate.

*       Cede.

*       La vida no está envuelta con un lazo pero sigue siendo un regalo.

Fdo. Diego Bueno

lunes, 16 de noviembre de 2009

HABLEMOS DEL FUTURO… POR FIN!!

 

Lo que está por venir. Eso se supone que es el futuro. Pero para ello hay que tener en cuenta el factor tiempo.

Siempre he dicho que la gran fórmula de la física es la de la velocidad= espacio/tiempo.

Tenemos la obligación de dominar nuestro espacio y nuestro tiempo. Y eso, traducido a nuestra cotidianeidad, a nuestra vida diaria supone velocidad. Es importante la velocidad ya que ella hace que dos personas que mueren a la misma edad no hayan vivido lo mismo. No confundir velocidad con rapidez. No hablo de la velocidad del viaje sino de la de la percepción. Hay personas que mueren a los 80 años y han vivido menos que otros que mueren mucho más jóvenes. Y aclaro que vivir más no supone tener más cantidad de experiencias vitales sino, sobre todo, más calidad de dichas experiencias.

Si consigues que toda la belleza que nos rodea no pase desapercibida, si consigues que la palabra aburrimiento no forme parte de tu diccionario personal, si consigues sacar partido a tus experiencias y ser capaz de procesar correctamente más información… estarás ganando velocidad. Es como vivir varias vidas en una. Hay personas que andan casi muertas en vida. Eso me parece una irreverencia, una desfachatez. Me indignan las personas que, pudiendo dar más de sí mismas, se limitan a cumplir con sus escasas necesidades vitales. Y todo por miedo. Quien no arriesga no tiene opciones de ganar. El miedo a perder nos aburguesa, nos acomoda. La búsqueda de seguridad nos automatiza y nos deshumaniza.

Hace ya tiempo que aprendí que el futuro es eso que te va a ocurrir dentro de dos minutos. Supongo que es mi armadura que me autodefiende de mis miedos al futuro. Cada cual busca y usa sus recursos para vencer sus miedos. Puede que sea una forma de esconder bajo la alfombra la basura de los malos augurios. El problema de esa táctica radica en que a veces los acontecimientos levantan la alfombra y sale a flote toda esa basura en forma de miedos al futuro. Es como que te obligan a pensar en algo más allá de esos dos minutos. Con lo a gusto que yo me sentía pensando en esos dos minutitos….

Hay ciertos hechos que nos hacen recapacitar. Hay hechos que superan lo admisible en lo que, comúnmente, se entiende como “problema”.

Los problemas cotidianos forman parte de nuestra existencia. No llegar a fin de mes, problemas en el trabajo, alguna crisis de pareja, incluso crisis existenciales forman parte de eso que llamamos… problemas cotidianos.

Pero a veces…. Surge ese problema que te da la ostia de frente y en la cara. Choca de bruces contra tu seguridad y la convierte en insegura. Remueve los pilares de todo lo que has construido. Y…. te obliga a pensar en el futuro. Ese futuro sobre el que no tienes potestad. El que no manejas ni decides. El que te supera. El que sólo es cuestión de tiempo. El que temes y escondes.

Lógicamente, cuando eso ocurre…. Todo se mueve como sacudido por un terremoto que, por definición, es incontrolable.

Terminas por sentirte impotente, inseguro, temeroso, abatido, cansado, solo, desesperanzado. Todo lo pone en juego. Cualquier planteamiento anterior se vuelve inestable. No sólo no puedes hacer nada sino que hace que tengas que mirar a la cara a ese futuro que, por momentos, deja de ser incierto.

Lo bueno de todo (y también en esto hay algo muy bueno) es que hace que todo se coloque en su sitio. Aprendes a relativizarlo todo. Llega hasta el punto de que la desidia con la que afrontas los problemas cotidianos te hace fuerte ante ellos. Parecen tal minuencia que  se terminan solucionando sin mayor problema.

Y colocas tu corazón, también, donde debe estar. Es curioso porque… te vuelves fuerte y a la vez sensible. Terminas sabiendo desgranar ante qué debes estar fuerte y ante qué, sensible.

También es digno de mención todo lo que se gana en cuanto a ubicación. Dominas el espacio, en ese sentido. Sabes donde estás, con quien y por qué.

Por supuesto que el precio que se paga por todo ello es demasiado alto. Pero también es cierto que ganas en velocidad porque dominas el tiempo y el espacio. Dicho de otra forma…. Ganas vida. Maldita paradoja!.

La geografía te sitúa en el mundo, en tu continente, en tu país, en tu comunidad, en tu ciudad, en tu barrio.

La historia te contextualiza en tu época a través de la comparación con  otras anteriores.

La medicina y la filosofía hacen que nos conozcamos por dentro y conozcamos a los demás.

Las matemáticas y la física razonan y explican, con su particular lenguaje, por qué lo que es, es.

La lengua hace que interactuemos los unos con los otros.

Las ciencias naturales nos descubren el mundo en el que vivimos.

Dominar todos esos campos nos hace estar en disposición de conocer y manejar nuestro espacio y nuestro tiempo. En definitiva…. Nos da vida ya que al ganar en velocidad podemos llegar a vivir más de una vida.

Pero el futuro es incierto. Llegada una edad… te das cuenta de que cualquier cosa podía haber pasado. Es más…. Somos los que somos gracias a nuestra experiencia vital.

En mi caso… quiero olvidarme del futuro. Es cierto, por muy paradójica que suene la frase.

Quiero volver a esconder bajo la alfombra mis miedos al futuro. Y seguiré intentando sacar provecho a los grandes problemas no cotidianos. Esos que lo remueven todo. Esos que establecen el baremo de lo importante y lo intrascendente.

Me alegro de creer que dios no existe (¿veis cómo soy creyente?) porque de existir me llevaría mal con él. De existir tendría a quien culpabilizar de las grandes injusticias.

Creo que cuanto mayor sea el contexto, más cíclico se vuelve. Es decir… tras la muerte (y no podemos obviar que ese es el único futuro conocido) habrá lo que había antes de nacer. La vida no es más que una casualidad. Tan extremadamente rara que es delito pasar de soslayo ante tanta belleza y fortuna por haber nacido.

Envidio a los creyentes porque ellos ponen su futuro en manos de un dios al que aman y en el que confían. Sin embargo, en el fondo, pienso que esa es su alfombra para esquivar y esconder las realidades del futuro. ¿Qué mas da la táctica utilizada?. Al final, lo que prevalece es la debilidad humana para entender ciertos hechos.

Cuando tienes la suerte de conocer e incluso convivir con seres que merecerían el indulto y, por el contrario, lo que reciben es un mayor castigo…. Cualquier táctica sirve mientras consiga eludir la cruel realidad. Que para más INRI… va tomando forma con el paso del tiempo y te va matando lentamente.

Por supuesto que todo este artículo conlleva, de forma inherente, un estado de ánimo actual, mío y personal que, evidentemente, está marcado por acontecimientos presentes que marcan y marcarán mi futuro.

Y lo curioso es que todo sigue igual. La gente tiene las mismas preocupaciones y el sol sale cada mañana.

A todos aquellos que os preguntéis qué es el futuro y/u os sintáis abatidos por vuestros problemas cotidianos, os llevaría a pasar una semana a cualquier ala de oncología o cardiología de cualquier hospital infantil. Probablemente cambiéis vuestra forma de entender y actuar en el presente y el futuro. Y no lo digo mirando desde arriba, sino desde los infiernos que subyacen tras la corrosiva injusticia de la que creo que soy víctima, que me embarga, me impregna y me imposibilita para pensar en un futuro mayor que el de los dos minutos.

Bueno, en dos minutos estaré dormido. Ese es, exactamente, mi futuro.

Se que me lloverán críticas por este artículo pero… por desgracia también es posible encontrar belleza en el dolor si algún zarandeo nos hace recapacitar, al menos.

Fdo. Diego Bueno

HABLEMOS DE POR QUÉ LOS ATEOS ESPAÑOLES NOS ATREVEMOS A CRITICAR A LA IGLESIA CATÓLICA MUCHÍSIMO MÁS QUE A OTRAS RELIGIONES

  Estoy ya un poco harto de leer y escuchar a gente (generalmente cristiano católicos/as) ofenderse e incluso insultar a los ateos que, como...