Existen ya muchos trabajos e investigaciones serias y fiables, desde un
punto de vista exclusivamente pedagógico, que hacen referencia a las ventajas que
ofrece el ajedrez y su implementación en entornos educativos. Las conclusiones
de dichos trabajos no sólo señalan sus bonanzas pedagógicas sino, igualmente,
desde un punto de vista neurológico, su pertinencia para estimular el
crecimiento intelectual y madurativo del cerebro, estableciendo y afianzando
sinapsis neuronales. Se evidencian muchas propuestas significativas para
insertar el ajedrez en las aulas a fin de revertir los rasgos de una educación
bancaria y formar a estudiantes con pensamiento de carácter analítico, crítico,
reflexivo y creativo; es decir, el pensamiento de orden superior. El ideal de los
centros educativos, es el de contar con alumnos y alumnas con capacidad de análisis,
deducción, aplicación y creación. Dicho objetivo es imposible que sea alcanzado
salvo con actividades de alta demanda cognitiva, siendo el ajedrez una
excelente herramienta para tal fin.
El ajedrez ayuda a mejorar los resultados académicos e influye de forma
muy positiva en el desarrollo integral, personal y profesional. Todo ello tiene
lugar de una forma lúdica, convirtiéndose en uno de los métodos más eficaces
para mantener la motivación y el interés del alumnado evitando, a su vez, la
posibilidad del abuso de pantallas. Estimula y desarrolla las relaciones interpersonales,
la competición sana y la comunicación verbal y no verbal.
Ventajas concretas:
·
Mejora la memoria
·
Fomenta y ayuda a la concentración
·
Ayuda al desarrollo del pensamiento crítico y la
curiosidad
·
Promueve el pensamiento lógico
·
Dota a los jugadores de la empatía necesaria
para intentar entender al rival
·
Sirve para ordenar el pensamiento
·
Mejora la capacidad de análisis
·
Fomenta el uso de estrategias para conseguir
objetivos
·
Se estimulan las buenas formas y normas sociales
·
Se promueve la aceptación de la derrota y la
victoria como algo natural
Los/as
ajedrecistas aprenden a resolver problemas y tomar decisiones, así como a
aceptar las consecuencias de esas decisiones. Desarrollan la imaginación y la
creatividad, se socializan y aprenden a superarse.
“Gamificar,
no solo las aulas, sino igualmente el centro educativo en su conjunto. Ese es
un sano objetivo para formar a grandes personas y grandes profesionales”
Fdo. Diego Bueno
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