miércoles, 7 de diciembre de 2011

HABLEMOS SOBRE QUÉ SE SIENTE SIENDO PADRE DE UN HIJO “ESPECIAL”… POR FIN!!

 

Mi hijo vino al mundo con un “defecto” de fábrica. Fue durante su fabricación en el seno de su madre, cuando en algún momento, se produjo un error. En realidad no importa mucho el cuándo. A veces nuestros hijos hierran en edad adulta. Lo importante es que nadie, salvo la propia naturaleza, es responsable de tal error. En su caso se trata de la deleción de un trocito (microscópico) de uno de los cromosomas nº 7.

Un error tan minúsculo como fundamental para dotarlo de unas características especiales. Características que son determinantes en su personalidad y en sus circunstancias.

¿Y vosotros?. ¿Y el resto de personas qué tenemos de “diferentes”?. ¿En qué momento ocurrió algo a modo de perturbación que os hace ser diferentes?. Porque, al fin y al cabo… cada uno de nosotros somos diferentes, especiales y únicos. Va siendo hora de que seamos conscientes de ello.

Porque lo cierto es que cuando mi hijo nació, tanto su hermano como nosotros pensamos que era el ser más bonito del universo. Nos iluminó el alma y lo sigue haciendo.

Hubo momentos de mucha confusión. Es más… no teníamos claro qué hacer con el. Hoy día, sin embargo, no sabríamos qué hacer sin el.

Lo que si hemos aprendido es que si mi hijo no fuera como es… no sería el.

El es, simplemente, uno más de la familia.

Posee el don de tocarte el alma, de abrirte los ojos, de parar el tiempo. No es descabellado decir que mi hijo es un ser mágico por todo ello.

Hacer de los demás mejores personas es un don que está al alcance de muy pocos. Y él posee ese don, sin duda.

Además posee otro don. Precisamente el anhelado sueño de todo humano. Mi hijo posee el don de ser feliz. No es ninguna gilipollez ¿eh?. Todos deseamos serlo, todos buscamos la felicidad. Mi hijo no necesita buscarla porque el es feliz y se que lo será mientras viva.

No me negarán que tener un hijo que te asegura la felicidad no es un auténtico tesoro.

Y lo curioso es que irradia su felicidad. Es contagiosa como la risa.

Cierto es que tiene limitaciones. Más limitaciones que las personas que no son como el. Intentamos que esas limitaciones sean las menos posibles. En eso consiste, básicamente, nuestra tarea educadora. Tarea (como todo lo concerniente a educación) de todos. Padres, docentes y sociedad, en general.

Es curioso cómo su llegada supuso conocer de primera mano lo que es el miedo. Miedo total, miedo a lo por venir, miedo al desconocimiento, miedo a la vida. Y sin embargo ese miedo dio paso a una seguridad hasta entonces desconocida ni experimentada en mi vida. Estaremos en deuda con el eternamente. Una forma de “pagar” esa deuda es intentando que sea dueño de su destino en la mayor medida posible.

Sin duda, los padres de niños especiales, somos muy afortunados.

Su sonrisa nos llena de esperanza cada día. Dia a dia. Eso si… en mi caso, mirando el futuro a dos horas vista. No más.

En definitiva… solo el amor da sentido a nuestra existencia. El amor de ahora, de “ya”, el que se fabrica, promueve y demuestra a cada instante, el que se mantiene y crece exponencialmente y de forma proporcional a los segundos que transcurren.

Desde ese punto de vista vamos más que sobrados.

Gracias.

PD- Dedicado a todos los padres de hijos especiales.

Fdo. Diego Bueno

HABLEMOS DEL MAL DE OJO… POR FIN!!

 

Antes que nada… ¿Existe el mal de ojo?

Pues depende del concepto. Debemos saber             qué se entiende por mal de ojo para saber si existe.

No hay un concepto claro y bien definido.

La clave, a mi entender, está en la distancia (física o figurada). En el mal de ojo, inevitablemente, han de existir un emisor y un receptor. Entre ambos hay una distancia o una cercanía. El emisor es quien desea el mal del receptor. Para que el emisor tenga éxito en sus planes debe poseer el deseo de ese mal en la otra persona y, además, el receptor debe permitir que el emisor le haga daño. De esta sencilla lógica se deduce que el mal de ojo desde la distancia es imposible y pertenece al mundo esotérico (caracterizado, básicamente, por el uso de teléfonos que comienzan por la cifra 806) (casualmente jajajajjajaja).

Hablemos pues del mal de ojo en la corta distancia, es decir, el que ejercen personas que, de alguna manera, pueden influir en nosotros.

Cierto es que todos tenemos un poder de influencia, más o menos grande, en las personas con las que tenemos contacto. Cierto es, también, que ese poder de influencia puede usarse para lo bueno y para lo malo. Y cierto es que seguro que alguien ha deseado algo malo para nosotros en algún momento a lo largo de nuestras vidas. También es verdad que hay personas que ejercen una mala influencia en otras. ¿Podría llamarse a eso “mal de ojo”?. Pues no lo sé. Lo que si se es que, en cualquier caso, es nuestra responsabilidad no permitirlo.

Me resulta curioso que se sabe de la existencia del mal de ojo gracias a quien lo padece y jamás por quien lo ejerce. Eso me lleva a pensar que existen, infinitamente más personas que se sienten atacadas que personas atacantes. ¿Por qué ocurre eso?. Básicamente porque cuando una persona es inmadura y/o irresponsable tiene tendencia a no admitir sus errores y justificarlos con causas ajenas (me va mal por culpa de alguien pero no por mí). Es un mecanismo de defensa que nuestro cerebro emplea para no hacernos sentir culpables y míseros, para intentar mantener intacta nuestra autoestima. Y esa defensa se pone en práctica cuando no somos capaces de afrontar las realidades y queremos ocultarlas bajo la alfombra. Pero… no nos olvidemos que por muy oculta que esté y por mucho que eludamos el tema… no deja de ser basura.

Cierto es que existe la buena y la mala suerte. Cierto es que pasamos por rachas. Cierto es que hay personas que parece que están tocadas por una varita mágica que parezca que todo les va de puta madre y otras que parece que atraen a las desgracias. Pero la vida, en ese sentido, es larga y hay tiempo para todo.

¿De quienes nos rodeamos? ¿A quiénes elegimos para que nos acompañen en nuestro camino? ¿De quienes nos deshacemos porque no nos compensa su compañía?

Esa cualidad debe convertirse en virtud. Me refiero a la de saber elegir a nuestros acompañantes.

Fdo. Diego Bueno

HABLEMOS DE: "EL MAL EN INTERNET"… POR FIN!!

  HABLEMOS DE "EL MAL EN INTERNET"… POR FIN!!    Internet, en general y las redes sociales, en particular, nos han acercado tanto...