Ya se que lo obvio indica que
democracia equivale a derecho al voto.
¿Qué frase corta resumiría lo que
significa la democracia?: “Capacidad de elección o sanción de normas, leyes o representantes”.
Pero resulta que las democracias
son complejos mecanismos articulados con múltiples reglas de participación en
los procesos de deliberación, toma de decisiones, en los que el poder se
divide, constitucionalmente o estatutariamente, en múltiples funciones
y ámbitos territoriales, y se establecen variedad de sistemas de control,
contrapesos y limitaciones que llevan a la conformación de distintos tipos de
mayorías, a la preservación de ámbitos básicos para las minorías y a garantizar
los derechos humanos de los individuos y grupos sociales.
Dicho de otra forma...
No es tan fácil y burdo como votar
y no es lo único que me identifica como demócrata (el derecho al voto).
Es evidente que no todo es
"votable".
No se puede votar, por ejemplo, si
se le aplica la pena capital a un reo porque la pena capital es ilegal en España.
Me jode que los políticos manden
mensajes simplistas al pueblo del tipo…”No eres demócrata porque no me dejas
votar” o del tipo… “Si es ilegal no se puede llevar a cabo una votación y ese
dogma es irreversible”. ¡Pues míratelo y cambia la ley!, ¡cojones!, que para
otras cuestiones bien que la cambiáis en dos minutos. ¡¡Sé claro y di lo que
realmente piensas, pero no intentes confundir y engañar a la gente!!.
Lo peor de todo es que consiguen
sumir a las personas en la confusión y son demasiados los ciudadanos que terminan
siendo manipulados y cargados de odio exacerbado hacia la otra parte
enarbolando banderitas que vienen a decir… “nosotros somos los buenos y vosotros
los malos”. Tipo película de Superman o Braveheart cuando, en realidad, como
siempre, de lo que hablamos, tristemente, es de un problema de dinero. Ni más
ni menos. Un pacto fiscal (consistente, por supuesto, en que Cataluña aportara
menos dinero al estado) habría resuelto el problema del independentismo. Por
desgracia es así.
En la democracia moderna juega un
rol decisivo la llamada regla de la mayoría, es decir el derecho de la
mayoría a que se adopte su posición cuando existen diversas propuestas. Ello ha
llevado a que sea un denominador común, en la cultura popular, asimilar
democracia con decisión mayoritaria. La regla de la mayoría puede
volverse antidemocrática cuando afecta derechos fundamentales de las minorías o
de los individuos o cuando es opuesta a las leyes que, previamente, fueron consensuadas
y votadas. De ahí, que en temas de estado sea necesario el consenso y el respeto a
lo consensuado para que no cambien las normas y leyes cada 4 años (en temas de
estado, repito).
Es cierto que si todos hemos
votado una constitución, en caso de que una parte de esos votantes quiera
rescindir ese compromiso, tendrá que tenerse en cuenta la opinión del resto.
Sin embargo, dicha argumentación es indirectamente proporcional al derecho de
autodeterminación que tienen los pueblos, pero... para pasar de una situación
(de cumplir compromisos adquiridos y votados democráticamente) a la contraria
(es decir, auto determinarse y hacerse país independiente), debe haber un
proceso que no ha estar condicionado por circunstancias concretas o puntuales
que podrían ser pasajeras (como la crisis, por ejemplo, o como el hecho de que
gobierne en España quienes gobiernan ahora) y debe contar con un consenso y
apoyo mucho más que mayoritario.
Todo esto viene a colación con los
discursos y argumentación que vengo oyendo a defensores de la consulta
soberanista en Cataluña y a los “noes” constantes que oigo a los “peperos”.
Argumentan, unos, que es
antidemocrático no permitir que el pueblo catalán muestre su opinión (aun no
siendo vinculante) y los otros, que es ilegal.
Las leyes que nos rigen (entre
otras, una ley que dice que el estado español es indivisible y que, en
cualquier caso, debe ser el estado español al completo el que decida) han sido
aceptadas y votadas por todos. Es evidente que no era necesaria una sentencia
del tribunal constitucional para saber que una consulta que plantee la divisibilidad
del estado sería ilegal.
Y no puede realizarse una consulta
ilegal porque lo ilegal, en una democracia, es antidemocrático.
Y por la otra parte, es cierto que
las leyes pueden y deben cambiarse para adaptarse a las circunstancias de cada
momento.
Otra cosa es que los políticos,
como representantes de los ciudadanos, y dadas las características especiales
de Cataluña se sienten, hablen y lleguen
a acuerdos (Existe un problema en Cataluña desde el momento en que dos
millones de personas salen a la calle a manifestarse) (Otra cosa sería analizar
por qué existe ese problema, quien lo promueve y por qué, etc.). En mi opinión,
se ha creado en Cataluña, la idea de que el estado español los “maltrata” .
Idea que, en mi opinión, no se corresponde con la realidad, pero.. ya sabemos
que reclamar mayor autogobierno y más dinero es una petición que no puede
prosperar sin apelar a los sentimientos de las personas para movilizarlas
banderitas en mano.
Cualquiera que me conozca sabe
perfectamente que yo no soy ni “españolista” y ni mucho menos “pepero”, pero la
democracia presenta el inconveniente de que, nos guste o no, todos debemos
respetar a la mayoría. Ahora mismo, en España, el PP gobierna con mayoría absoluta
y, por tanto, representa legal y legítimamente los intereses de un montón de
ciudadanos. Dichos ciudadanos (que no son España pero que sí son mayoría en
España) opinan que no hay que sentarse a dialogar acerca de la posible o futura
independencia de Cataluña y eso, aun no estando de acuerdo, aun siendo poco
inteligente y aun siendo injusto, es tan respetable como esa amplia mayoría
catalana que está a favor de la consulta.
Y dicho todo esto, yo,
personalmente, abogo por la consulta. Eso sí.... No ahora. Antes debe
dialogarse (cosa imposible con el PP), llegar a acuerdos, respetar a las
minorías, tener en cuenta mil detalles antes de empezar cuesta abajo y sin
freno la carrera independentista porque se trata de un cambio muy brusco e
irreversible (que afectaría a todo el estado español) y considero que todo el
mundo debe estar lo suficientemente informado y el asunto lo suficientemente
madurado antes de tomar una decisión así. Considero que debería ser una
cuestión de años.
Hace 15 años, por ejemplo, la propuesta
de una consulta soberanista en Cataluña no hubiera prosperado (lo dicen los
datos de votos a partidos soberanistas) (por cierto... entonces CIU era un
partido nacionalista pero no abogaba claramente por la independencia).
Ha sido ahora, cuando estamos en
crisis (crisis que afecta a todas las comunidades, incluso a unas más que
otras. Miren datos de renta per cápita, número de parados, personas en riesgo
de exclusión social, índice de pobreza etc... y me darán la razón en que hay
comunidades infinitamente más afectadas por la crisis que Cataluña) cuando los
partidos nacionalistas catalanes se han decantado abiertamente por la
independencia. Y eso no es lo más inmoral. Lo más inmoral es echarle la culpa
de sus recortes al estado español,
creando odio y separación (exactamente lo mismo que hace el PP).
El gran problema es que, usando
los medios de comunicación de que disponen, han inculcado en la población
catalana la idea de que España castiga y explota a Cataluña. Para empezar,
España no es el PP y para terminar, eso es falso, sobre todo, teniendo en
cuenta los niveles de autonomía y autogobierno que tiene Cataluña (que Pujol,
cuando comparezca otra vez ante el pueblo, explique también qué beneficios
obtuvo para Cataluña usando la famosa llave de gobernabilidad) (aparte de dar
explicaciones de sus robos y los de su partido al pueblo catalán y español)
(Robos, por cierto, tapados y ahora suavizados por el president Artur Mas).
Y por último... dadas estas
circunstancias, ¿quién nos dice que dentro de otros 15 años (o cuando acabe la
crisis) la idea independentista no se difuminará?
Pienso que es mucho más lo que nos
une que lo que nos separa a España y Cataluña (incluida la corrupción en la
política y grandes empresas), considero que es una pena la separación y además
entiendo que hay una parte enorme de injusticia en todo esto, tanto por uno
como por el otro lado.
Yo pienso que la gente, el pueblo,
independientemente del lugar donde haya nacido o del que se sienta identificado
(cosa que no debe negarse a nadie y me causa todo el respeto como derecho
inalienable que es), lo que realmente quiere es vivir en paz, prosperar, estar
representados por políticos honrados y brillantes, tener cubiertos los derechos
básicos en cuanto a educación, sanidad, seguridad, trabajo digno etc. y
alcanzar niveles de bienestar óptimos para sentirse seguros y felices. Y aun
así… si pasado el tiempo, consensuado
con el gobierno español de turno y respaldado
por una amplia mayoría, vistos objetivamente los pros y los contras y saldadas
las mutuas deudas, el pueblo catalán decide ser país independiente… pues me
parece perfecto.
Mientras tanto, no nos dejemos manipular.
Abogar a los sentimientos de las
personas es lo que hacen las grandes multinacionales en sus anuncios
publicitarios para aumentar ventas y demostrado está que da resultado.
A través de los sentimientos no
entran solo los buenos mensajes pedagógicos, sino también los envenenados. Eso es lo que veo que se hace
desde los dos gobiernos de derechas que hoy día gobiernan en Cataluña y España.
En conclusión: Es cierto que votar
y opinar es democrático y también es cierto que incumplir la ley es antidemocrático
así que nadie tiene motivos para dárselas de demócrata y tachar de
anti-demócrata al otro.
Y por último… ¿Qué hacen mal cada
uno de los gobiernos de España y Cataluña?
El gobierno de España:
·
Mirar a otro lado ante un problema que es evidente. No hacer nada.
Incluso ocultarlo (no hay más que ver los informativos de TVE). Es la típica
jugada de la derecha española. Mirar a otro lado y ocultar los problemas.
Ocurre con el problema del aborto, con la prostitución, con la pobreza y… por
supuesto, con el independentismo.
·
Manipular la información, desinformar, mentir cuando habla de que
hay que dialogar y en la práctica ni dialoga ni lleva a cabo una política de
acuerdos cuya filosofía consiste en ceder algo para acercar posturas y buscar
el consenso.
·
Apelar al ultra patriotismo del tipo ¡España una y libre!
(banderita en mano, si es posible)
·
Maltratar a todas las
comunidades y, más en concreto, a los ciudadanos pertenecientes a los
colectivos más vulnerables.
·
Hacer de la corrupción, el clasismo y la prepotencia una forma de
ser y estar
El gobierno de Cataluña:
·
Desinformar y manipular a los catalanes a través de TV3 y con sus
declaraciones mandando el mensaje de que España maltrata a Cataluña. Una forma,
como otra cualquiera, de ocultar sus vergüenzas en cuanto a recortes y política
económica. Una forma de no admitir errores y culpar de ello a la política del gobierno
español (que tiene su gran parte de responsabilidad pero que está legitimado
por las urnas mal que nos pese) (en todas las comunidades, por cierto) creando
una conciencia colectiva de que eso es así, llenando de rencor a la ciudadanía
catalana y mandando, subliminalmente, el mensaje de que con la independencia
todos esos males de los que ellos “no son culpables”, quedarían resueltos.
·
Adoptar una actitud inmoral y desleal. Inmoral porque desea
renunciar al principio de solidaridad entre comunidades (más aporta quien más
tiene) (Si la renta per cápita o el PIB en Cataluña son mayores, no es porque
el pueblo catalán sea “mejor” que el extremeño, por ejemplo) y reduce el
problema del independentismo a un problema de dinero (aunque apele a los
sentimientos del pueblo para conseguirlo). Y desleal porque incita a romper
compromisos aceptados, firmados, consensuados y votados en nuestra constitución,
como solución a una crisis que afecta a todos y en todas partes.
·
Usar la lengua catalana como forma de discriminación hacia los
castellano-parlantes (exactamente igual que ocurría en tiempos de Franco pero
ahora, al contrario) y como forma de concentrar a todo el pueblo catalán en los
medios de comunicación catalanes para poder manipular fácil e impunemente.
·
Apelar al patriotismo a costa de fomentar el separatismo
(Banderita en mano también, por supuesto)
Fdo. Diego Bueno
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