lunes, 12 de diciembre de 2016

HABLEMOS DE FORMACIÓN DUAL… POR FIN!!

 Está de moda aunque dicen que no es una moda. Viene de Alemania que, al parecer, es el modelo a imitar.

Hablo de lo que se conoce como “formación dual”.

La intención no se cual es (yo de por mí, y debido a mi experiencia, desconfío siempre de las panaceas.

Los objetivos de la instauración se apoyan en tres grandes pilares.

 Mejor formación para el alumnado debido a que las empresas cuentan con mejores medios que los centros públicos y a que llevar a la práctica los conocimientos teóricos hace que estos se afiancen.

 Mejor formación del profesorado mediante el acercamiento a las empresas reales

 Inmersión laboral del alumnado.

¿Qué se requiere?

 Que la empresa decida invertir en la formación de nuestros alumnos y alumnas.

 Que el profesorado acepte hacer el seguimiento continuo en la propia empresa de su alumnado.

 Que el equipo educativo evalúe de forma coordinada, de distintas materias y de distintos cursos a cada alumno y alumna.

 Que el profesorado elabore una programación que tenga en cuenta todos los aspectos y particularidades tanto de los alumnos que hacen dual como de los demás.

 Que la empresa no caiga en la tentación de tener alumnos trabajando gratis.

 Que el profesorado vele por que la empresa cumpla con la programación y los resultados de aprendizaje exigidos, es decir, que llame la atención al empresario que no cumple con lo establecido.

 Que la empresa permita que el profesor esté dentro de sus instalaciones aprendiendo y dando instrucciones pedagógicas.

 Que el alumnado acepte estar especializado en el tipo de maquinaria que hay en su empresa y no en otras.

 Que el alumnado acepte trabajar gratis para la empresa.

miércoles, 26 de octubre de 2016

HABLEMOS DE MIEDOS… POR FIN!!

 

Empiezo por el final,  concluyendo que las personas que actúan con miedo son las más peligrosas.

   Absolutamente todos los desmanes de la humanidad están provocados por el miedo. Es una norma que se cumple tanto en conflictos entre países como en los que surgen entre personas.

   El miedo a veces paraliza y esa es una consecuencia que califico como “mal menor” porque en otras ocasiones, en cambio, hace a algunas personas actuar de forma poco honesta incluso haciéndoles perder el sentido de la ética.

   Es el responsable, el miedo, de esas miradas de desconfianza, esas miradas de reojo, esas miradas inquietas, como esperando que la desgracia o la decepción se presente de un momento a otro sin que se sea consciente de que la desgracia es, precisamente, ese recelo.

   Porque aunque necesario en ciertos momentos… vivir con miedos no deja de ser una desgracia.

   Es el miedo quien tiene la culpa del disparo por miedo al disparo. Es el responsable de que mucha gente vaya con la escopeta cargada. Una escopeta no se dispara si no está cargada.

   Es el miedo quien hace que sintamos ultrajada nuestra lealtad y nuestra integridad con una facilidad asombrosa y como consecuencia, mucha gente llega al ojo por ojo, a confundir venganza con justicia.

   El miedo a la pérdida (por un sentido trasnochado de la posesión) es el que nos lleva a los celos, con todo lo negativo para la pareja que ello supone porque se termina nadando en la desconfianza, en el “recelo”.

   El miedo a la infidelidad de la pareja hace que las personas que lo padecen sean infieles como forma de resarcimiento.

   El miedo “al qué dirán” hace que se esconda nuestro verdadero “yo” y nos convirtamos en lo que NO somos. Nos hace traicionarnos a nosotros mismos con la carga de frustración que ello supone.

   El miedo a la traición hace que las personas traicionen (“antes que lo hagas tu, lo hago yo”) fomentando el egoísmo.

   El miedo a dar pasos nos deja inmóviles y, por tanto, estancados, paralizados, sin posibilidad de avance, progreso o desarrollo. Se trata del miedo a lo que podría ocurrir. El miedo a lo desconocido. Se da como hecho consumado, que lo desconocido, por desconocido, no puede ser bueno.

   Es el miedo a la incertidumbre el que nos hace hablar en condicional una vez constatada la certidumbre, a tiro, ya pasado. (“Si hubiera hecho esto…”, “si hubiera ido por aquí…”). Se convierte en queja con demasiada facilidad.

   Cuidado porque puede ocurrir que personas, aparentemente poco miedosas, oculten sus miedos o tengan otros miedos distintos a los que somos capaces de identificar. Son esas personas aparentemente felices, de sonrisa fresca pero con miedos ocultos que condicionan sus acciones a espaldas de los demás. Son esas personas de la puñalada trapera, del tiro por la espalda, las del “por lo bajini”, las de “y parecía tonto/a…”, las de “nadie lo diría”.

   Miedo a soñar, miedo a no soñar, miedo a avanzar, miedo a quedarse quieto/a, miedo a amar, miedo a no amar, miedo al desamor, miedo al compromiso, miedo a la libertad, al futuro, al pasado, a los de allí, a los distintos, a los iguales, a lo conocido o a lo desconocido, miedo a tener hijos o a no tenerlos, miedo al miedo, miedos y miedos y más miedos. Miedos de toda clase, de todo tipo.

   Demasiados miedos, demasiado humano, demasiada influencia en todos. Cada uno de nosotros luchamos contra nuestros miedos a lo largo de nuestras vidas pero hay personas que se mueven solo y exclusivamente por el miedo. El miedo les puede, les condiciona y les marca para siempre porque les impide, incluso, luchar contra sus miedos.

Si. Definitivamente me reitero y ratifico mi primera frase a modo de conclusión:

“Las personas que actúan con miedo son las más peligrosas”.

 

Fdo. Diego Bueno

viernes, 2 de septiembre de 2016

HABLEMOS DE "LA REVOLUCIÓN" FEMENINA... POR FIN!!

 

Era necesaria. Era de justicia que las mujeres se igualaran en derechos y deberes a los hombres. Aun queda mucho camino por recorrer y son muchos los aspectos en los que “ellas” deben avanzar.

La verdadera revolución en lo social, en las relaciones y en lo puramente humano a finales del pasado siglo XX en España se ha producido básicamente en la mujer, sin embargo hay un tema respecto a esta revolución que me inquieta enormemente.

Observo con demasiada frecuencia a un tipo de mujer que podríamos calificar de egoísta. Es este tipo de mujer que por fin se ha liberado de todo aquello que la ataba y le quemaba, empezando por su etapa infantil y adolescente. Ha padecido una infancia cargada de roles y estereotipos machistas que le hacían un daño enorme aunque no fuera del todo consciente. Daño a su ego, daño a su amor propio, daño a su libertad. Viciada por la sociedad patriarcal, estaba obligada a aceptar esos roles impuestos. A ser ciudadana de segunda consolada con piropos en blanco y negro, a estar sometida al yugo del machismo por parte de hombres y mujeres, padres y madres, amigos y amigas. Una mujer dañada porque le inculcaron ideas acerca de cómo debía ser su placer, su libertad sexual, su actitud ante los hombres, su rol como cuidadora, madre y esposa fiel. Fue domesticada para ensalzar su abnegación, su conformismo y su resignación.

Todo ello por el hecho de tener dos tetas y un coño.

Hablamos de una mujer a la que se le inculcaron valores machistas incluso en su propio placer, de ahí que a la mayoría de mujeres “les pongan” hombres con rasgos machistas (el famoso hombre duro, el chulito o el bien llamado “canalla”). Esa mujer evolucionó a un ritmo demasiado acelerado con la llegada de la democracia a este país. Todos evolucionamos, si pero el gran cambio, la revolución cualitativa, la gran transformación se produjo (y se sigue produciendo aun) en el sexo femenino.

No podíais estar preparadas para tanto cambio en tan poco tiempo. Es humanamente imposible. Ese es el motivo por el que existen, por una parte, mujeres ancladas en el pasado, con costumbres retrógradas, que no se quieren a sí mismas, que siguen viviendo con “el qué dirán” porque no han sido capaces de barrerse esa basura. Son mujeres que han obviado su revolución porque no podían llevarla a cabo en sus mundos, por las consecuencias de esa educación que les privó de escobas barredoras de machismo, por miedos, por inseguridades o falta de amor a sí mismas, por pereza, por comodidad, por aburguesamiento, por egoísmo e incluso alguna hay que se ha quedado estancada por propia convicción e incluso son felices en la abnegación y la renuncia a sí mismas. Todo ello producto de la educación machista recibida.

Y… por otra parte…. Existe este otro tipo de mujeres a las que me quiero referir en este artículo. Son las liberadas, las que han visto la luz, las que llegada la crisis de los 40 han decidido tomar las riendas de sus vidas. Se vanaglorian de decir en voz alta que ya son libres, que ellas deciden como, cuando y con quien. Usan el sexo como paradigma de su liberación, como fuente de placer inmediato que las reafirme en su condición de liberadas. Son las que quieren comerse el mundo en dos días en un intento de desquitarse por el tiempo perdido. Quieren reír a cada momento (algo imposible y, por tanto, falso), quieren sentir y que les hagan sentir. Son alocadas, buscan su verdadero “yo” una vez liberadas de la máscara que tuvieron que llevar colocada desde siempre. Descubren que hay hombres. Muchos hombres a los que “amar”, a los que “usar”. Muchas de ellas caen en el egoísmo, se vuelven insensibles salvo cuando les viene la regla. Usan y tiran a los hombres como si fueran pañuelos de papel. No se dan cuenta, en definitiva, que es imposible que puedan barrerse toda una educación recibida, que está bien el intento pero que con frecuencia caen en la incongruencia y el egoísmo. Mujeres que siguen buscando a su príncipe azul (sí, el mismo que les inculcaron de pequeñas, el machista, el que no existe ni es bueno que exista). Precisamente buscan amarrarse a ese estereotipo de hombre que no existe. Hablan de que quieren a un hombre que les de seguridad cuando se sientan inseguras, que se acueste y se levante cada día junto a ellas salvo que a ellas se les antoje acostarse junto a otro hombre en pos de su libertad o salvo que quieran ver solas un capítulo de “Sexo en Nueva York”. Quieren a su lado a un hombre que les sea fiel en todos los sentidos pero al que ellas puedan ponerle cuernos porque…” quieren sentir nuevas experiencias” en forma de pollas distintas. Hablan de posesión, de amor romántico en primavera, de mimos en los días previos a sus reglas y sexo duro casi a diario. Quieren un hombre que sea taxista y las lleve a ver las estrellas, que conozca su cuerpo, su mente y su alma pero que no quiera ser comprendido ya que… “bastante tienen con lo suyo”. Quieren un hombre que tenga iniciativa mientras ellas esperan a que decida para luego enjuiciar su decisión, quieren que esas iniciativas sean la “rehostia”, que diga que sí a todo pero que se le vea como a un hombre duro de pelo en pecho y que se viste por los pies, un hombre con mentón duro y a la vez sensible, un hombre que solo sea capaz de mirar su culo, un hombre florero con el que fardar ante sus amigas, que les de muestras de cariño y deseo constantes, que se cuide, que esté al día, que sea inquieto, inteligente, amable, cariñoso, paciente, divertido, nostálgico cuando a ellas les viene bien recordar, quieren un hombre pervertido, de mente sucia en el sexo pero que sea incapaz de fantasear con otro coño que no sea el suyo. Quieren un hombre que sepa ser y estar en cada ocasión (es decir, cuando a ellas les venga bien). Hablan de que quieren a un hombre que les pida disculpas por sus errores pero que no las atosigue con los errores de ellas porque esos no importan ya que son humanas y tienen derecho a equivocarse. Quieren a un hombre “de su casa” pero que le guste la juerga, que cocine, que limpie, que sepa de bricolaje…Son mujeres que necesitan una relación de posesión, mujeres que desean controlar a su hombre para guiarlo “por el buen camino” y a la vez son celosas de su intimidad, de su privacidad. Mujeres que exigen sinceridad a la vez que mienten, que exigen fidelidad a la vez que son infieles, que exigen libertad a la vez que controlan y someten, que exigen ser conquistadas cada día a la vez que los hombres debemos entender su indolencia a veces. Son mujeres egoístas que a las primeras de cambio son capaces de decirle adiós a “ese hombre” sin el más mínimo remordimiento, sin atisbo de compasión, sin la mínima asertividad que les permita ponerse en el lugar de un corazón roto. Cuando se van dicen adiós o ni siquiera eso. La excusa es…. que ese hombre no cumple con sus expectativas (como para cumplirlas jajajajaja), que desean seguir “avanzando” en la vida, que merecen esto o aquello, que quieren sentirse libres, que quieren decidir por ellas mismas.

Hablan de buscar sus sueños, hablan de “volar” (las palabritas de moda últimamente). La realidad es que son egoístas, que están buscando algo que no existe como si fueran pollos sin cabeza. La realidad es que no saben amar aunque lo den todo en su fase de enamoramiento ciego. Obvian algunos detalles fundamentales en el amor. Detalles como el compromiso, la lealtad, la fidelidad, la paciencia, la compasión, la confianza, el apoyo constante o la tolerancia. Sin esos “detalles” no puede haber amor. Se obsesionan con el sexo en una búsqueda loca del placer negado en sus adolescencias y esa liberación, de la cual se sienten orgullosísimas, la exponen públicamente como un trofeo, trofeo que atrae a todo tipo de hombres ávidos de coños mojados, lo cual retro-alimenta, más si cabe, sus egos sedientos de de sexo y ¿“amor”?. Siguen siendo tan machistas como antes pero ahora han cambiado su disfraz y se visten con el de “liberadas” o “dueñas de su destino”. Ahora llevan escotes prominentes, van a playas nudistas y se divierten con las miradas de deseo de los hombres. Presumen de promiscuas ante sus amigas y exhiben sus “trofeos” ante ellas. Incluso ahora les hace gracia un piropo en blanco y negro si el tío que se lo dice está bueno. Son mujeres que se separan de su pareja de toda la vida y se sueltan el pelo para follarse a todo lo que se mueve en un intento de resarcirse ante la vida que les tocó vivir. Se convierten en mujeres inestables con su “ahora te necesito, ahora me sobras”, “ahora decido que no tengo por qué ser femenina porque no tengo por qué seguir el rol que me asignaron”, “ahora me cuido, me tatúo e intento seducirte con mi feminidad”. Son mujeres que disfrazan todo ese caos con esa risa falsa, a “destiempo” y a “deslugar”, con esos gritos falsos como muestra de cariño, por ejemplo, al encontrarse con su gran amiga a la que ignoró y maldijo hace solo una semana. Se terminan convirtiendo en carne fresca para hombres desesperados y tan solitarios como ellas y siguen viviendo con el qué dirán, solo que ahora lo hacen para fardar de liberales ante sus amistades. No hacen más que hablar de sentimientos pero, eso sí, de los suyos exclusivamente (les enseñaron que los hombres no tenemos sentimientos). Son mujeres que cuando están a solas se sienten solas y llegan a sentirse solas estando rodeadas de gente porque la gente de la que se suelen rodear es gente tan falsa como ellas. Convierten lo vanal o lo frívolo en trascendente. Sus vidas están llenas de cambios a cortos plazos. Cambian constantemente de pareja, de amistades, de aficiones, de inquietudes, de perfume, de peinado… Cambian porque buscan. Buscan y buscan como desesperadas. Buscan porque les falta. Les falta porque no valoran lo que tienen o lo que son. Son, en definitiva, volátiles, generalmente apasionadas a la vez que efímeras. Divertidas a la vez que inestables. Pasan de cero a cien y viceversa en poco tiempo. Son mujeres a las que siempre les falta algo mientras se esfuerzan por “publicar” una felicidad artificial. Son, igualmente, víctimas de esa educación de la que creían haberse librado y liberado. Y lo peor es que educan a sus hijas en la misma mierda con forma de muñecas vestidas de rosa que buscan a su príncipe azul (llamado “Ken” o no).

Tropezarse con ellas es desconcertante, cuanto menos. Y…. ni se te ocurra enamorarte de una de ellas!!! Saldrás muy dañado más pronto que tarde.

 

Fdo. Diego Bueno

viernes, 22 de julio de 2016

HABLEMOS DE: "NUNCA DEJES DE SOÑAR"... POR FIN!!

 

Nunca dejes de soñar.

Los sueños son necesarios y gratificantes

Nos hacen sentir bien, nos trasladan a cualquier mundo que imaginemos

Desarrollan nuestra imaginación y nuestra creatividad

Eso si… no vivas queriendo hacer realidad todos tus sueños

No confundas tus sueños con tus objetivos o tus metas.

No te propongas metas irrealizables

Se equivocan esos que dicen que todo es posible.

Siento ser así de pragmático, así de realista, así de crudo, pero lo contrario es vivir fuera de la realidad y eso supondría ser vulnerable a ella y ser golpeado sin compasión (con el consiguiente sufrimiento y desestabilización que conlleva)

Siento desmontar la romántica y bonita idea de que todo es posible y que los sueños son realizables si lo deseas con toda tu alma.

Eso es de engaña-bobos. No seas bobo/a

Yo jamás batiré el record del mundo de salto con pértiga

Por mucho que me lo proponga

Hay que tener los pies en el suelo

Hay que ser coherente y razonable y hay que relativizar siempre

¿Que por qué?

Por salud mental, por permitir tu crecimiento personal, porque solo así puedes disfrutar libremente de lo que sueñas.

Y por supuesto no dejes de soñar, de imaginar, de fantasear.

Mira hacia atrás. Para eso sirve el pasado. Para aprender.

Observa y analiza tu historia y verás que hay sueños que pensabas que no se harían realidad y, sin embargo, se han cumplido.

Y por otra parte, hay otros muchos que ni se han cumplido ni se cumplirán jamás.

Se trata de afrontar el día a día. No como una batalla para hacer cumplir tus sueños, sino como un afrontar cualquier reto que se anteponga en tu camino con alegría, disfrutando el presente, valorando lo que ya tienes y aspirando a crecer siempre.

No sucumbas a la rutina, a la comodidad y al aburguesamiento.

Comete alguna locura de vez en cuando.

Hay que estar demasiado loco como para pretender ser un cuerdo total.

Es perfectamente compatible (de hecho es lo mejor para tu salud mental) ser coherente, razonable y sensato y ser también imaginativo, soñador y un poco loco.

Hay momentos, personas y lugares para todo eso.

Rodéate de personas que te permitan soñar y, a la vez, ser sensato.

Que te permitan ser tú.

Equilibrio. Siempre equilibrio.

Equilibrio, también, entre lo que piensas, dices y haces. Eso es ser coherente, íntegro, honesto y auténtico.

Que tus grandes pretensiones no condicionen tu aquí y ahora porque te incapacitarán para vivir el presente.

Porque la ansiedad por no conseguir hacer realidad tus sueños puede hacerte vivir en la frustración permanente.

No pretendas que tus objetivos conseguidos sean exactamente tal como los soñaste.

Los sueños los construimos nosotros a nuestra forma pero la realidad cuenta también con la forma de otros y con mil perturbaciones que no podemos ni debemos controlar.

Como dice el anuncio… “No tenemos sueños baratos”

Como no dice el anuncio… “No te frustres si no los haces realidad”. (El cupón solo le toca a uno)

¿Avanzar? Siempre

¿Evolucionar? Siempre

¿Adaptarse a los cambios intrínsecos a la vida? Siempre

Cambiar aquello que te dificulta tu felicidad? Siempre

¿Renovar nuestros sueños? Sí.

Pero estar supeditado/a a tus sueños…

Puede que te haga vivir con el sin-vivir de no tener nunca suficiente

Puede que te haga vivir con la ansiedad de no llegar jamás a alcanzar la cima a pesar de tus esfuerzos.

Puede que te haga no valorar todo eso que ya tienes y eres.

Puede que te lleve a dañar a quienes amas.

Puede que te haga ser egoísta e inmune al dolor ajeno.

No se trata de vivir resignados a la realidad.

No se trata de ser conformistas.

No es este un mensaje de resignación.

Se trata de ser conscientes de cuál es la realidad para poder afrontarla.

Se trata de valorar en su medida todo eso que ya tienes y eres.

Se trata de ser felices en cualquier condición.

Se trata de vivir el presente y no supeditarlo todo a un futuro que, intrínsecamente, es incierto.

Se trata de no vivir frustrados como el niño que llora amargamente porque sus padres no le compran ese juguete caro que vio en el escaparate.

Escapar de sus padres y robar el juguete le hará feliz al instante pero… eso tiene sus contrapartidas.

Todo tiene un precio!!.

Vive tus sueños!! Disfrútalos, invéntalos, imagínalos!!

La vida es sueño!!

Pero… nunca olvides que…

Los sueños, sueños son.

 

Fdo. Diego Bueno

viernes, 20 de mayo de 2016

HABLEMOS DE EFICIENCIA Y EFICACIA COMO FORMA DE VIDA... POR FIN!!

 

Lo primero que debemos hacer es definir los conceptos. Debemos tener en cuenta que eficiencia y eficacia no significan lo mismo.

Eficiencia: Podemos definir la eficiencia como la relación entre los recursos utilizados en un proyecto y los logros conseguidos con el mismo. Se entiende que la eficiencia se da cuando se utilizan menos recursos para lograr un mismo objetivo. O cuando se logran más objetivos con los mismos o menos recursos.

Eficacia: Podemos definirla como el nivel de consecución de metas y objetivos. La eficacia hace referencia a nuestra capacidad para lograr lo que nos proponemos sin tener en cuenta los recursos utilizados.

Así, es perfectamente es posible ser eficientes sin ser eficaces de la misma forma que podemos ser eficaces sin ser eficientes. Lo ideal sería ser eficaces y eficientes a la vez.

Ventajas: En el desempeño de nuestras tareas diarias (En nuestro puesto de trabajo pero igualmente en nuestro quehacer ordinario) la búsqueda de la máxima eficiencia y eficacia nos ofrece muchas ventajas. Por supuesto que toda obsesión no es buena para nosotros así que, teniendo como objetivo ser eficientes y eficaces, debemos tener en cuenta que obsesionarnos con la consecución de dicho objetivo tendrá la consecuencia contraria y contraproducente a lo que pretendemos.

A continuación enumero algunas ventajas de ser y/o sentirse eficiente y eficaz.

· Gestionar mejor nuestro tiempo nos hará contar con más tiempo para más actividades (incluida la actividad consistente en descansar o el tiempo dedicado al ocio, los cuales han de ser asimismo eficientes y eficaces). Importante dominar el estrés y la ansiedad de forma que encontremos un equilibrio entre la tensión que supone el manejo del esfuerzo en la unidad de tiempo y el posible malestar que ocasiona esa tensión.

· La gratificante sensación del deber cumplido y de la mejora constante hará que crezca nuestra autoestima y, por tanto, nuestra seguridad, lo cual hará a su vez, que seamos más eficientes y eficaces.

· El reconocimiento social de la eficacia y la eficiencia es, así mismo, altamente gratificante y nos dota también de mayor autoestima, seguridad, autosuficiencia y sensación de pertenencia a grupo social. Es decir… nos proporciona salud mental.

· Desde el punto de vista laboral, eficiencia y eficacia tienen recompensa en forma de reconocimiento, ascenso, consecución de puesto de trabajo, aumento de la retribución etc.

· Desde un punto de vista vital nos dará la sensación (cierta) de que aprovechamos el tiempo, de que vivimos más que otras personas, de que crecemos más y mejor como individuo independiente, de que somos útiles a la sociedad etc.

· Ser objeto de admiración e incluso adulación (salvo por aquellos que se bañan en ríos de envidia) es, cuanto menos, reconfortante. Todos lo necesitamos, a todos nos encanta y la eficiencia y eficacia nos lo ofrece.

- Fomenta la imaginación y convierte en gratificantes sueños la fantasía.

En definitiva… la búsqueda de la eficiencia y la eficacia nos hará sentirnos mejor, nos enriquecerá, nos hará crecer como persona, nos hará madurar, nos dotará de más y mejor tiempo para todo tipo de actividades, nos proporcionará más ingresos y nos hará ver la vida como un mar de oportunidades. Nos ayudará a deshacernos de nuestros miedos e inseguridades y nos permitirá ser mejores personas mediante la ayuda a quienes son menos eficientes y eficaces.

La eficiencia y la eficacia están íntimamente relacionadas con la autosuficiencia, la capacidad de esfuerzo, la capacidad de concentración, la capacidad para trabajar en equipo y, en definitiva… además de ser un claro signo de inteligencia que, sin duda, será aumentada, te dota de la libertad de actuación que te hace crecer como individuo independiente y, sin embargo, asertivo y social.

La persona que es eficaz y eficiente es una persona positiva que aporta positividad a su entorno y que la contagia. Ve soluciones donde otras personas ven problemas. Ve esperanza donde otros ven desesperación. Contagia el buen ánimo donde otros transmiten negatividad.

Resumiendo aun más…. Ser eficientes y eficaces nos debe hacer más felices. Eso sí… siempre y cuando gestionemos correctamente el estrés y consigamos no caer en obsesiones.

Disponer de herramientas como la resiliencia para superar posibles frustraciones también nos servirá de gran ayuda.

Todo ello es fomentado en la búsqueda de eficacia y eficiencia. Contribuye, asimismo, a hacernos sentir bien con nosotros mismos, a querernos. Importante no caer en la pedantería o la falta de humildad. Es perfectamente posible ser eficaces y eficientes y a la vez humildes, considerados, educados, compasivos y tolerantes. Ese es el objetivo final y no podemos perderlo de vista porque, caer, por ejemplo, en la imposición de soluciones nos impediría enriquecernos con las posibles soluciones aportadas por las demás personas y nos causaría el rechazo inmediato por parte de los demás.

Comiendo, comprando, desarrollando nuestras capacidades, en cualquier forma de arte, en el deporte, en las miles de tareas que desempeñamos que van desde el acto de andar hasta el acto de comprar, lavarse, secarse, beber, andar, conducir, hablar, trabajar, escribir….en toda acción humana se puede buscar ser eficaz y eficiente, por tanto, más que un aspecto concreto de nuestra personalidad, es más bien, una forma de vida.

El “precio a pagar” es la constancia, la tenacidad, la pasión, la capacidad de esfuerzo, la positividad, el deseo de aprender, de mejorar, de superar dificultades y el ofrecimiento constante de todas nuestras capacidades. Sin embargo, es en ese “pago” donde encontraremos buena parte de la recompensa.

Fdo. Diego Bueno

HABLEMOS DE: "EL MAL EN INTERNET"… POR FIN!!

  HABLEMOS DE "EL MAL EN INTERNET"… POR FIN!!    Internet, en general y las redes sociales, en particular, nos han acercado tanto...