jueves, 8 de junio de 2017

HABLEMOS DEL INSTITUTO DE VALLADOLID QUE SUPERA A SINGAPUR EN EL INFORME PISA... POR FIN!!

 

http://www.elmundo.es/especiales/educacion/escuelas-publicas.html

El informe PISA (programa internacional para la evaluación de estudiantes) que, mientras no se demuestre lo contrario, es la única referencia a nivel internacional de que se dispone para comparar los distintos sistemas educativos en los países (y cuya eficiencia está claramente en entredicho), es cada vez más a menudo, usado como arma arrojadiza.

Resulta que hay una noticia que dice:

“El instituto de Valladolid que supera a Singapur en el informe PISA”.

Y añade:

“Así funciona el centro educativo más demandado de Castilla y León”

Se usa el informa PISA con fines cuasi electoralistas de la misma forma que a veces se usaba el terrorismo.

Esta noticia que, en principio (el titular, al menos) pudiera parecer positiva, esconde características humanas tan deleznables como habituales en los políticos y cierto tipo de periodismo (finalmente todos aleccionados por los intereses económicos de las empresas, que son las que realmente tienen el poder en sus manos)

Dinero es poder. Con dinero se compran voluntades, se extorsiona y se hace política. Esa política que nos afecta a todos (incluso a los apolíticos).

Por ejemplo, hay mentira, intento de manipulación, verdades a medias, complejos, miedos a lo nuevo y un intento de perpetuar esas directrices educativas que tuvieron su “éxito” a principios del siglo XX con la implantación de los nuevos sistemas productivos.

Se necesitaba mano de obra en la industria. Por supuesto, mano de obra barata y super-rentable para las empresas. Mano de obra (carnaza) que no tuviera cultura, ni creatividad, ni iniciativa ni capacidad de pensamiento  libre. Mano de obra que estuviera alienada y fabricada para actuar como verdaderos robots de carne y hueso, que no tuviera capacidad de asociación ni de protesta, ni de exigencia. La educación, la buena educación de esos trabajadores no importaba. Importaba que cumplieran con sus trabajos repetitivos, que no protestaran, que no pensaran, que no se asociaran. Se buscaba la homogenización y a todo aquel o aquella que fuera distinto se le condenaba a la marginación. Se marcaban pautas de comportamiento en la vida social e individual. Un hombre “de provecho” tenía que cumplir con lo esperado. Una mujer “de su casa” también. Todo quedaba etereotipado y los roles estaban perfectamente definidos.

De ahí nació el sistema educativo que, por desgracia, aun perdura. Un sistema educativo que buscaba, precisamente, la homogeneidad del alumnado, la distinción por clases sociales, la acumulación de conocimientos a base de la memorización, las actitudes de comportamiento en clase más robóticas que humanas (“la letra con sangre entra”) la segregación por sexo, color de piel, ideología, clase social, religión...

Se buscaba la obediencia, la eficiencia o la complacencia.

Quedaba castrada toda actitud crítica y todo atisbo de creatividad que no fuera productiva.

Era la forma de preparar a los futuros trabajadores.

Bien pues este artículo cuyos titulares mencioné antes hace, precisamente, apología de esa “educación”.

En este artículo (Periódico El Mundo) se empieza diciendo lo siguiente:

“El Instituto Núñez de Arce es un centro educativo de los de antes. Masificado, con profesores duros y padres poco dados a participar en una huelga de deberes. Sin moderneces. No tienen pizarras digitales, ni programa de excelencia, ni bilingüismo. Los alumnos de 15 años son conscientes de las ventajas pedagógicas de escribir a mano.

Y termina haciendo referencia a los siguientes rasgos del centro:

LOS RASGOS DEL CENTRO

  1. Profesores bien formados
  2. Plantillas estables
  3. Familias implicadas
  4. Exigencia
  5. Pocas moderneces
  6. Aprendizaje de conocimientos concretos
  7. Refuerzo de la Lengua, las Matemáticas y las Ciencias
  8. Uso de ejemplos de la vida real
  9. Evaluaciones
  10. 20 minutos de lectura diaria en clase

Bien, para empezar hay que decir que los rasgos de cada centro los marca el tipo de alumnado que hay.

Desde el centro se pueden marcar normas y pautas de conducta en los pasillos pero la metodología a emplear en clase es cosa de cada profesor o profesora de la misma forma que los contenidos son los mismos en todos los institutos.

El profesorado que hay en cada centro está ahí en un porcentaje altísimo porque el centro está localizado cerca de su lugar de residencia, por tanto, el profesorado de ese centro es exactamente igual que el de otros centros.

De la misma forma que en un centro de salud público te encuentras con médicos mejores o peores, en un instituto pasa exactamente lo mismo.

No dudo de la profesionalidad y vocación del profesorado de ese centro, pero es exactamente la misma que en otros centros.

Mencionar, por ejemplo, que la masificación no influye negativamente en la marcha educativa es una aberración y un insulto al sentido común.

En cuanto a los supuestos rasgos del centro, decir que:

1.       Los profesores no son formados por el centro (como todo el mundo debería saber). Están en ese centro porque les pilla cerca de sus casas (como es lógico) y han sido formados exactamente igual que el resto de profesores del resto de institutos.

2.       Que haya una plantilla estable sí que ayuda a la educación (siempre que la  plantilla estable sea buena, claro)

3.       Que las familias se impliquen es el deseo de cualquier centro y cualquier profesor/profesora o cualquier equipo directivo, pero, por desgracia, hay lugares y contextos en los que las familias no se implican o lo hacen de la forma menos positiva.

No es mérito del centro ni del profesorado que las familias se impliquen. Simplemente el tipo de alumnado que hay en ese centro proviene de familias con poder adquisitivo y nivel socio-cultural alto y eso facilita mucho las cosas, evidentemente.

4.       Exigencia. Por mucha exigencia que haya, no dista mucho de la exigencia que hay en otros institutos. La exigencia la transmite el profesorado y como ya hemos explicado, el profesorado es exactamente de las mismas características que en cualquier instituto público. Evidentemente, si el alumnado que tiene a su cargo es un alumnado homogéneo, proveniente de familias con alto nivel cultural y con un coeficiente intelectual elevado, la exigencia, forzosamente, ha de ser mayor (otra cosa es que eso sea positivo).

5.       Pocas moderneces. Esto sí que suena a risa. Para empezar la página web del instituto es una buena página, por no hablar de las aulas virtuales. Es mentira que haya pocas “moderneces” pero es que además, si así fuera, estarían renunciando a herramientas valiosísimas desde el punto de vista pedagógico-metodológico-educativo (tal como indican los mejores y más reconocidos pedagogos a nivel mundial y el propio sentido común)

6.       Aprendizaje de conocimientos concretos. Que alguien me explique qué es eso. Es de risa también. ¿Conocimientos concretos? ¿Hay que renunciar a los abstractos?. ¿No se enseña lo concreto en otros institutos? ¿Hay que competir con Google o Wikipedia?, ¿Se hace apología de la memorización? Es algo que el autor del artículo debería explicar, si.

7.       Refuerzo de la lengua, matemáticas y ciencias. Los currículos son exactamente los mismos en todos los institutos y en todas las materias. Cierto que en las programaciones se enfatizan más ciertos aspectos, pero casualmente, son las mismas materias que se enfatizan en todos los institutos.

8.       Uso de ejemplos de la vida real. Bienvenidos a la nueva pedagogía (esa a la que anteriormente decía que renunciaba). Como todo…. Se hace de la misma forma en todos los institutos.

9.       Evaluaciones. ¿Evaluaciones?. Quien ha escrito esto no tiene ni idea de cómo se actua en la enseñanza. Por supuesto que hay que evaluar. Se hace en todas partes y se usan las mismas herramientas y criterios de evaluación. Lo menciona como si ese fuera el único instituto en que se evalúa.

10.   20 minutos de lectura diaria en clase. Que leer es bueno es algo evidente pero no se trata de leer por leer sino de conseguir que el alumnado ame la lectura. Para ello no basta ponerlos a leer y por supuesto, esto se hace también en el resto de institutos de toda España.

 

¿Estos son los rasgos que hacen que este instituto obtenga tan buenos resultados? ¿Esta es la panacea?

Una vez desmontadas todas estas barbaridades queda en el aire la pregunta del millón.

Si no es mérito del centro ni del profesorado, ¿qué es lo que hace que este instituto obtenga esos resultados en el informa PISA?

EL ALUMNADO.

Evidentemente es el tipo de alumnado.

Desde el punto de vista del nivel económico-socio-cultural existen tres categorías.

Las familias con niveles socio-culturales medio y bajo quieren que sus hijos estudien junto a los de nivel alto.

Las familias con niveles socio-cultural alto quieren que sus hijos estudien con otros de su mismo nivel.

En tal instituto (por el entorno en el que está situado) hay un número elevado de alumnos y alumnas provenientes de familias con nivel socio-cultural alto, por tanto….

a)       ¿Qué hacen todas las familias?

Todas las familias quieren que sus hijos estudien ahí.

b)      ¿Qué hace el instituto?

Segrega y busca que solo acceda a él alumnado proveniente de familias con nivel socio-cultural alto ya que eso dará fama al instituto, se “apuntará el tanto” y la opinión pública pensará que ESE es el instituto bueno al que deben acudir sus hijos. Evitará la matriculación de alumnado proveniente de otras capas sociales o alumnado con necesidades especiales

c)       ¿Qué hace el profesorado?

Inevitablemente subirá el nivel de exigencia ya que ese tipo de alumnado se lo permite, habrá pocos problemas ya que los alumnos con necesidades especiales no estarán ahí (bastantes dificultades tiene mi hijo para estudiar como para encima matricularlo en un instituto como ese en el que la exigencia es alta, dicen las familias de alumnos con problemas para el estudio)

La consecuencia lógica de todo esto es:

·         Masificación

·         Métodos de enseñanza desfasados pero que funcionan ya que con alumnado brillante funciona todo

·         Fama inmerecida

·         Discriminación

·         Falta absoluta de integración

·         Educación clasista

·         Falta de enriquecimiento personal del alumnado en la formación como personas que todo sistema educativo debería tener como objetivo.

Todo esto que acabo de decir no habría hecho falta decirlo con solo haberme percatado antes de que el director del centro en cuestión fue entrevistado por Carlos Herrera en la COPE. Con ese dato habría bastado para saber por dónde iban “los tiros”.

Fdo. Diego Bueno.

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