miércoles, 16 de abril de 2025

¡HABLEMOS DE LOS PURISTAS... POR FIN!

 


¡¡HABLEMOS DEL PURISMO Y LOS PURISTAS… POR FIN!!

Absolutamente en todos los órdenes de la vida existen los conocidos como “puristas”. Víctimas del miedo al cambio, detractores de lo nuevo o, simplemente, personas que se auto adjudican la potestad para salvaguardar la esencia o la pureza de algo. Hay que tener pocas luces para encomendarse a una misión que les conducirá, sin duda, de frustración en frustración, de desencanto en desencanto, de discusión en discusión para, finalmente ceder ante lo humano, ante lo inevitable y ante lo correcto.

En el lenguaje sufren porque aparecen nuevos términos o anglicismos, como si las lenguas no estuvieran vivas, como si no avanzaran en paralelo a la sociedad que las usa. Finalmente, ellos se rinden y terminan jugando al “futbol”, haciendo “footing”, usando un “blog” o teniendo problemas con el “wifi”.

En arquitectura más de lo mismo. Viven en Paris y suben a la torre Eiffel como símbolo romántico de la ciudad cuando en su momento dijeron barbaridades por ver esa “mole de hierro sin sentido”, viven en Sevilla y muestran orgullosos “Las setas” (ese edificio que rompe la estética de la ciudad) a sus huéspedes extranjeros y los suben a Torre Sevilla (un sacrilegio que haya algo más alto que la giralda) para que vean una panorámica de la ciudad. Es la historia de siempre.

En flamenco criticaban a Camarón por innovar. Hoy se ofenden ante quienes no quieren mantener la “pureza” de Camarón. En carnaval más de lo mismo.

Los puristas son esa zancadilla que impide avanzar.

En Sevilla, los puristas, se quejan de que se está perdiendo la esencia, la pureza, que se pierden las costumbres, las tradiciones. ¿Qué tradiciones? ¿Las que viviste tú? ¿Las que vivió tu bisabuelo?

Se quejan de que ya no existen los “bares de toda la vida”. ¿Te refieres a esos en los que “señores” de edad avanzada, malolientes, a base de tinto peleón y palillo en boca, escupían en un suelo lleno de papeles y cáscaras de altramuces o cacahuetes?

¡Ya tu bisabuelo se quejaba de eso, de que tú rompías las tradiciones!

Y es que los puristas son gente que no ha terminado de comprender que la esencia humana consiste en el enriquecimiento, en la mezcla. La mezcla de formas de ver y sentir la vida, de costumbres, de tradiciones. No entienden que todo avanza y no forzosamente a peor ni mucho menos. Los éxitos de la humanidad han llegado siempre como fruto de la cooperación. Todos sabemos que allí donde hay dos o más humanos, hay dos o más formas de ver las cosas, de sentirlas o de transformarlas. La riqueza de lo humano llega mediante el intercambio, el enriquecimiento y las ganas de progresar.

Los puristas no comprenden que hay tradiciones que hay que erradicar porque no van con la moral imperante o, simplemente con los tiempos. Por mucho que te gustara escribir con una máquina de escribir, hoy en día es impensable usarla, por mucho que te gustara lavar a mano, no tiene sentido hacerlo. Estamos rodeados de nuevas herramientas que no solo son nuevas, sino que además son muchas. Otra cosa bien distinta es que estemos o no preparados para darle buen uso a las herramientas, pero a nadie se le ocurre prohibir la venta de cuchillos ante el peligro de que alguien lo use para apuñalar.

Por supuesto, como en todo, la influencia de la religión cristiano-católica deja su huella también en eso que se entiende como purismo. El concepto católico de la pureza tiene su máximo exponente en el hecho de que una mujer concebiera a un hijo sin cometer ningún acto impuro. La pureza de la virgen María se asienta sobre la idea de que el sexo es algo impuro. Ella, María, por consiguiente, es pura, no como el resto de mujeres que, para concebir un hijo o una hija deben cometer el acto impuro del sexo (en los hombres no hay pureza ni impureza jajaja). Y todo esto, consecuencia del pecado original en el cual la mujer (ella siempre culpable) se volvió impura.

El día que te conviertas en purista habrás decidido vivir amargado/a, frustrado/a, anclado/a en el pasado. Un pasado que a tu juicio era mejor que el presente simplemente porque era el tuyo, en tus mejores años de vida.

El día que te conviertas en purista habrás renunciado a lo humano. No digo que toda mezcla sea buena. Digo que la mezcla forma parte de la esencia humana y de lo mejor de los humanos. Somos seres sociales y sociables. Nuestro éxito se basa, precisamente, en eso.

Purista: ¡Deja de dar "porculo" y respeta la libertad y las formas distintas y nuevas de ver y hacer cosas! Como a todo el mundo, te pueden gustar más o menos, pero apelar a la falta de pureza o de esencia, denota tu “casposidad”, tu cerrazón de mente, tu falta de empatía y tus pocas ganas de vivir y respetar a los demás.

Fdo. Diego Bueno


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