domingo, 22 de mayo de 2011

HABLEMOS DE POLÍTICA… POR FIN!!

 

Me hace gracia cuando el personal dice eso de… “Yo de política no entiendo” o “Yo soy apolítico/a” o “Me da igual quien gobierne. Todos son iguales”.

Me parece lamentable.

¿Cómo podéis estar tan ciegos como para no daros cuenta de que la política nos influye a todos? (Porque luego, a la hora de reclamar y quejarse, soléis ser los primeros). En lo que menos influye, dado que vivimos inmersos en un sistema capitalista, es en la economía (ahí, el mercado establece su propia ley)

La política es infinitamente más que los cotilleos con los que nos bombardean los medios de comunicación (que si fulanito ha dicho que menganito es corrupto, que si escondo tal error y resalto tal virtud para buscar votos…)

Política son las medidas y proyectos para mejorar la vida diaria de los ciudadanos.

Como decía Aristóteles, “El hombre es un animal político”. O lo que es lo mismo… la política es intrínseca a la condición humana (otra cosa es que no se aprecie o que se desprecie) y, por tanto, nadie puede permanecer al margen de la política.

Lo quieras o no, vas a ser gobernado por políticos y ellos tomarán (lo quieras o no) medidas que te afectarán de alguna forma. ¿Qué menos que participar en la elección de los políticos que van a representarte? Porque, no os olvidéis que esos que nos gobiernan son una representación de nuestra sociedad. Lanzarles todo tipo de improperios es escupir hacia arriba. ¿Qué hay que ser exigentes? Por supuesto. Claro que hay que serlo, claro que hay que denunciar lo que está mal, claro que hay que salir a la calle a protestar (¿Cuántos de los que os quejáis ahora, estuvisteis en la calle en la pasada huelga general?) pero debemos saber dónde estamos, de dónde venimos y qué queremos.  Mientras no se demuestre lo contrario, la democracia es el sistema político menos malo (al menos, el más justo) y bastante costó instaurarlo tras 40 años de represión como para tirarlo todo por la borda gracias al desprestigio al que se ve sometida la clase política por culpa de 4 ladrones y otros 4 incitadores que buscan, precisamente eso, el desencanto.  Campo abonado para la instauración de corrientes de pensamiento que ya la historia ha demostrado desastrosas.

Es indignante observar y comprobar cómo nos indignamos ante hechos, a todas luces, banales y, sin embargo, no salimos a la calle a reclamar justicia social o igualdad de oportunidades. Recuerdo que cuando los que ya no cumpliremos los 40 veíamos esas series estadounidenses en las que la gente vivía en la opulencia y ponía el grito en el cielo ante acontecimientos banales, nos sorprendíamos. Hoy día hemos conseguido ser iguales que ellos. Y eso está muy bien porque es signo de progreso pero… tengamos los pies en el suelo y seamos lo suficientemente inteligente para desgranar entre tanta confusión originada, por una parte, por nuestra opulencia (que nos distrae con baratijas similares a los espejos que les regalaban a los indígenas expoliados y conquistados) y por otra parte por nuestra ceguera. Creo que deberíamos mirar al mundo y situarnos. Creo que deberíamos valorar lo que tenemos y conseguir ser más de lo que somos. Creo que no deberíamos olvidar nuestra historia. Buena parte del éxito educativo radica en hacerles ver a las generaciones que nos siguen, todo lo que tuvieron que padecer las generaciones que nos precedieron. La democracia real (esa por la que aboga toda esa gente que se manifiesta en las principales ciudades de España en estos momentos) implica participación y, por tanto, responsabilidad. Me alegra saber que hay gente dispuesta a tomar la calle para reivindicar derechos (ya era hora de que los estudiantes se movilizaran para algo más que para las botellonas) pero la conclusión de esas movilizaciones por el desencanto jamás debería ser la no participación en las elecciones.

¿Qué hay políticos corruptos? Pues claro! Porque si bien es cierto que el político ha de, al menos, parecer honrado, también lo es que el ocupar cargos de poder puede hacer que las personas (como humanos que somos) terminemos por usar la política para favorecernos egoístamente. ¿En qué colectivo no hay corrupción? Es más… no me cabe duda que muchos de los que muestran su indignación ante la corrupción, serían igualmente corruptos de ocupar un cargo político en algún ayuntamiento. La corrupción no es un problema de la política, sino de la sociedad en general y los políticos (no lo olvides) son una representación de la sociedad.  Miraos, si no,  a vosotros  mismos y sacad conclusiones reales.

Mucho me temo que, a pesar de que estos comicios son para las alcaldías, van a haber unos porcentajes de abstención tan elevados que nos vamos a ver gobernados por alcaldes de derecha (con lo que ello supone) ya que si hay algo loable en la derecha es su fidelidad en el voto y su conciencia de que, precisamente el voto, es el arma que se tiene para cambiar las cosas. La izquierda se ha caracterizado, históricamente, por la pasividad, cuando las cosas van bien (La izquierda solo actúa ante la indignación general en momentos concretos) (Como tras el 11M, por ejemplo). De eso se deduce… o que las cosas, verdaderamente, van bien (Léase mi artículo sobre la crisis), o que el desencanto reconducido ha obtenido sus frutos.

Fdo. Diego Bueno

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