sábado, 12 de abril de 2014

HABLEMOS DE INCLUSIÓN EN LA ESCUELA… POR FIN!!

 

Nuevo artículo resultado de la indignación.

Inclusión. Esa es la cuestión.

Las personas nacemos ya incluidas. Incluidas en una familia, en un ámbito, en una sociedad, la que quiera que sea.

Por tanto no tiene sentido hablar de inclusión sino más bien de evitar la exclusión.

Y digo esto porque hoy día, en pleno siglo XXI y en un país como España que pertenece al “primer” mundo (ni que decir tiene que en toda África, Sudamérica y casi toda Asia el problema se multiplica exponencialmente) existe, ante la pasividad general de la sociedad, exclusión de personas discapacitadas.

Existe en todos los ámbitos pero, sin duda, el que más me indigna es el ámbito educativo.

Existe exclusión desde el momento en que dejan de atenderse las necesidades específicas del alumnado discapacitado. Ya es difícil, para este tipo de alumnado, vencer los obstáculos que supone convivir con su discapacidad, pero más aún lo es, si no cuenta con la ayuda del estado y la comprensión de la sociedad.

Y no hablo de ayuda caritativa, sino de ayuda necesaria para que prevalezcan sus derechos fundamentales como persona y como alumno o alumna.

Porque es la sociedad, en general, la que debe reclamar los derechos que nos usurpan.

A veces caemos en el recurso fácil de responsabilizar a los políticos de todo mal y aunque es cierto que son ellos los que legislan y administran, también lo es que actúan como representantes del sentir popular (mal que nos pese).

Veo cómo los medios de comunicación se hacen eco de vulneraciones de derechos fundamentales como el derecho a comer, trabajar, disponer de agua o de vivienda, por ejemplo.

Es lamentable que todo esto suceda ante nuestros ojos y ante la pasividad de la mayoría  pero no toda vulneración de derechos cuenta con opositoras como Ada Colau para hacer visible el problema con esa nitidez de palabra e ideas. De hecho es lamentable que tenga que ser así.

Respecto a la exclusión social a la que se somete a las personas con discapacidad, observo una pasividad general que, además de indignarme, me asusta.

Como que socialmente queda asumido que la persona discapacitada no puede participar plenamente de la vida social, empezando por la escuela.

Pues no solo puede, sino que DEBE!!

Por desgracia sé que hay mucho de “te ha tocado” o “mala suerte” o “esto es así y es inevitable”.

Lo mismo se pensaba de esos “negros” que no podían entrar en bares de “blancos” o de esas mujeres que no podían votar hace solo un siglo (“le ha tocado”, “mala suerte”, “es inevitable”). Asusta pero es así, está ocurriendo y se disfraza de diversas excusas (la crisis, la biología, el hecho de que es mejor para el propio alumno excluirlo, o, simplemente, “el porque sí”).

La crisis debería hacer que el estado velara aun más para que las personas en riesgo de exclusión no se vean excluidas. La primera obligación de un estado es garantizar la igualdad de derechos de todos los que lo componemos  y, a partir de ahí, tratar de conseguir su no exclusión disponiendo los medios necesarios para ello. Y cierto es que en materia de legislación se cumple, otra cosa son los medios que se disponen para que se cumplan las leyes.

Y medios hay ¿eh? Otra cosa es la priorización de recursos.

Entiendo que en el contexto capitalista en el que nos encontramos, cada cual, individualmente, tenga derecho a prosperar y/o enriquecerse, pero de la misma forma que no es de recibo que haya niños que pasan semanas enteras a base de macarrones con tomate mientras se tira comida a la basura o mientras un sector de población cena caviar cada noche, tampoco lo es que la educación sirva para discriminar al diferente o al más débil.

Muchos padres y madres queremos que nuestros hijos e hijas estudien solo junto a niños y niñas “normales” (no sea que se les pegue algo malo o que ello dificulte su preparación).

Es el concepto de educación lo primero que hay que revisar o, más bien, inculcar a la sociedad para que se entienda que educar va mucho más allá del viejo modelo de la revolución industrial que abogaba (y lo sigue haciendo) por el aprendizaje memorístico y la adquisición de conocimientos con distinción de clases sociales, sexo o, incluso, credo.

Según la UNESCO, la educación se asienta en cuatro pilares fundamentales marcados como grandes objetivos:

  • Aprender a Conocer
  • Aprender a hacer
  • Aprender a Vivir Juntos
  • Aprender a Ser

Es evidente que esos padres y madres, a los que me refería, no tienen claro qué es educar (se piensan que la competitividad insana hará que sus hijos sean más felices jajajajaja)

Dice también la UNESCO que la educación debe:

  • Garantizar el desarrollo cognitivo de los educandos
  • Estimular el desarrollo creativo y afectivo para que puedan adquirir valores y actitudes que les permitan ser ciudadanos responsables.

Para las personas con discapacidad, la mejor educación es la que, atendiendo a las características específicas de cada alumno, no hace distinciones en cuanto a derechos

Pero para el alumnado que no tiene alguna discapacidad, ¡¡¡TAMBIÉN!!!

Si abogamos por una sociedad más justa en la que lo importante sean las personas y el sentido ético de la ciudadanía, la no exclusión de personas debería ser obligatorio.

El mundo, por ciego que se sea, está formado por la mezcla de personas de todo tipo y condición. Aprender a convivir todos y todas no solo es bueno, deseable y enriquecedor, sino que desde el punto de vista de la justicia, debería ser obligatorio, y la escuela, es el mejor ámbito para aprenderlo.

Es el estado quien tiene la mayor responsabilidad de hacer que esto sea así y es la sociedad entera la que debería poner el grito en el cielo si esto no es así.

¿Colegios para alumnos excelentes?

¿Colegios para ricos?

¿Colegios para católicos?

¿Colegios para discapacitados?

¿Colegios para buenos alumnos?

¿Colegios para alumnos en riesgo de exclusión social?

¿Colegios con distinción por sexo?

¿Harán colegios para los nacidos en España?...

¿Colegios para usuarios de facebook?...

Simplemente lamentable

¿Pero qué educación es esa? ¿Qué concepto de educación tiene la gente?

En fin…

Da miedo, si.

Dinamitar la esperanza desde la escuela es acabar con el futuro antes de que llegue y eso se consigue haciendo que se vea como normal lo que no es normal, haciendo que se vea como natural lo artificial. Desde pequeñitos. Lo siguen consiguiendo ante nuestra pasividad.

Luego nos quejamos de falta de ética.

No tenemos remedio la especie humana.

Fdo. Diego Bueno

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