HABLEMOS DE “SENTIDO Y SENSIBILIDAD”… POR FIN!!
El otro día, una compañera/amiga me comentaba que había vuelto
a ver la película del mismo nombre, basada en el libro de Jane Austen. Yo vi
esa película hace ya muchos años y por desgracia, mi memoria para con el cine, que
incluye argumentos, actrices y actores, nunca me ha funcionado como yo hubiera
deseado (y con el paso de los años peor aún, claro). No obstante, considero un
acierto total el título del libro/película. Tanto es así que me invitó a la
reflexión casi al instante (para tomarme la libertad de reflexionar ante
cualquier hecho sí que soy de gatillo fácil) así que, sin siquiera tener en
cuenta el argumento de la película, me dije… “¿Sentido y sensibilidad?... ¡La
combinación perfecta!”
-
Sentido es coherencia, sensatez, raciocinio,
organización, capacidad para argumentar, razonar, capacidad para mantener conversaciones coherentes,
departir con cierta soltura e interés por la otra persona más allá del “yo, yo
y yo”. Sentido es fijarse objetivos y trabajar por ellos. Es constancia,
tenacidad, esfuerzo. Sentido es, igualmente, dejar salir esas dosis de lo que
yo llamo: “locura necesaria” para
no volvernos locos pero, eso sí, en la forma y momentos adecuados para no hacer
demasiado el ridículo. Esas personas que no tienen sentido del ridículo y que
alardean de que todo les da igual o que no les importa lo que digan… ¡mienten!
A nadie le gusta sentirse ridículo. Alguien tenía que decir esta verdad y se ve
que me ha tocado a mí (seguro que se entiende este “sarcasmito”).
Sentido es proyecto, es aceptación del pasado, es resiliencia, fuerza y la
estabilidad/seguridad que todos los humanos necesitamos (cada cual en su medida
adecuada). Es amor calmado, acompañamiento, compañerismo, compartir desde las inquietudes
comunes. Sentido es honestidad, seguir una línea trazada desde la coherencia,
el compromiso y la ética personal. Sentido es cooperación y trabajo en equipo.
-
Sensibilidad es corazón. Es amor, pasión, deseo
y sexo pero todo ello sin renunciar a las emociones, sin inhibirlas. Sensibilidad es, ante todo, empatía. Es
ponerse en el lugar del otro para entenderlo, apoyarlo y acompañarlo, sobre
todo en los malos momentos. Sensibilidad es tratar de entender el mundo, el
momento y los sentimientos de las otras personas pero sin verter opiniones
dañinas a la ligera. Es dejar fluir los sentimientos propios sin coartarlos.
Sensibilidad es la risa sana que brota sola, la sonrisa cómplice, la palabra
dedicada, la mirada brillante. Sensibilidad es el tacto y el contacto, es la
caricia y la ternura pero también es la indignación ante lo injusto, el
pataleo, la participación en la vida política y social de la institución que
sea. Ya sea una comunidad de vecinos, un lugar de trabajo o un país.
Sensibilidad es atención a los desfavorecidos, no ya desde la caridad, sino
también desde la reclamación de derechos fundamentales de las personas o los
animales, sobre todo de los colectivos más desfavorecidos y vulnerables.
Sensibilidad es alineamiento en una de las dos orillas del río de las pasiones,
es el pensamiento crítico pero también el abstracto. Sensibilidad es instinto,
hedonismo y creatividad pero empezando siempre por mirarnos el ombligo antes de
atrevernos a dibujar el perfil del otro.
Sentido y Sensibilidad. La combinación perfecta que dota a
las personas de mayor o menor capacidad, no ya para tener relaciones del tipo
que sea, sino para mantenerlas en el tiempo. Si consideras que tienes
suficiente sentido y sensibilidad debes mantener a tu lado, únicamente, a las
personas que estén a tu altura. No te rebajes ni renuncies a ser tú o lo
pagarás caro en forma de desequilibrio. Lo incongruente y lo egoísta son la
antítesis al sentido y sensibilidad.
Es muy humano que la gente use máscaras para tratar de caer
bien, de la misma forma que usamos una ropa y complementos concretos, pero hay
personas que usan máscaras para aparentar ser justo lo contrario de lo que son.
Las máscaras van desapareciendo poco a poco con los malos detalles y los malos comportamientos
prolongados en el tiempo y no achacables a malas rachas, por ejemplo. ¡Una mala
racha no puede durar toda una vida!
Pienso que si cada cual se relacionara con sus iguales, todo
iría mejor para todos, sin embargo, debido a la complejidad de lo humano y a la
cada vez mayor duración de la vida, existen todas las combinaciones posibles
entre personas con más y/o con menos sentido y/o sensibilidad.
Fdo. Diego Bueno
La película, preciosa, la época me encanta y màs si es inglesa, la escritora muy buena y reconocida, he visto la película y he leído el libro.Sin duda deberían ir siempre unido los dos adjetivos, sería lo ideal.
ResponderEliminarBueno, no se quien eres pero estoy radicalmente de acuerdo con lo que has dicho. Gracias por opinar!
Eliminar