La importancia de la argumentación en las opiniones
Mucha gente cree que todas las opiniones son respetables en
aras de la libertad de expresión. Sin embargo, lo que realmente es
respetable es el derecho a expresar tu opinión sin sufrir una
inquisición. La respetabilidad de las opiniones, lógicamente, depende de su
contenido. Existen opiniones estúpidas, blasfemas, injustas, racistas, etc.
Muchas de ellas no merecen respeto porque atentan contra los derechos y
libertades de las personas o son, directamente, insultos. Este tipo de
opiniones no deben ser respetadas por razones muy obvias.
Sin embargo, hay otro motivo fundamental por el cual las
opiniones no merecen respeto: la falta de argumentación. Para que
tomemos una opinión en serio, debe venir acompañada de la argumentación
correspondiente. El problema actual es que enfrentamos una crisis absoluta
de argumentación, entre otras cosas, porque estamos perdiendo la capacidad
lectora. Observo cómo mucha gente opina sobre cualquier tema sin conocerlo a
fondo y sin argumentar. Las nuevas tecnologías nos están acostumbrando a
mensajes muy cortos, excelentes para memes, consultas o clips publicitarios,
pero no para argumentos. Es importante ser tolerantes y escuchar diferentes
puntos de vista, pero no todas las opiniones son respetables en el sentido de
ser consideradas válidas o verdaderas. Una opinión basada en algo incierto no
puede ser válida ya que su validez depende de la evidencia que la respalda y de
su coherencia lógica. Como bien dice José Antonio Marina: “Los argumentos
necesitan texto largo y hay una pereza argumental que hace que ya no nos
importe el argumento".
Aunque yo lo suscribo completamente, esta frase no es mía.
La pronunció D. José Antonio Marina (1939), filósofo, ensayista y
pedagogo español. Es Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de
Valencia, conferenciante y floricultor. Estudió filosofía en la Universidad
Complutense de Madrid y su labor investigadora se ha centrado en el estudio de
la inteligencia y, en especial, en los mecanismos de la creatividad artística
(sobre todo en el área del lenguaje), científica, tecnológica y económica. Se
le considera un exponente de la fenomenología española y ha desarrollado una
teoría de la inteligencia que va de la neurología a la ética.
En la escuela y en todos los contextos educativos, creo
firmemente que debemos insistir en la necesidad de que cada estudiante no solo
se forme una opinión, sino que esa opinión esté fundamentada y tenga
argumentos sólidos que la sustenten. Este proceso requiere tiempo,
información y una correcta interpretación de la misma.
Es igualmente importante considerar las opiniones
argumentadas de quienes piensan diferente, manteniendo una actitud abierta que
nos permita cambiar la nuestra si fuera necesario. Todo este proceso nos humaniza,
nos ayuda a mantener un cerebro activo y, por tanto, despierto y conectado.
Empeñarse en mantener una opinión a pesar de conocer argumentos que la
invalidan es un claro signo de inmadurez que, sin duda, pasará factura.
Recuerdo que se solía decir que "una imagen vale más
que mil palabras", pero tengo claro que no siempre es así. A veces, los
argumentos o las descripciones necesitan más palabras que imágenes y, en
cualquier caso, son complementarias.
Fdo. Diego Bueno