Vamos a ver si nos enteramos de
una puñetera vez:
Voy a hablar muy clarito para que
me entienda hasta la persona más torpe u obstinada.
¡LO QUE SE CONMEMORA EL 25
DE NOVIEMBRE ES EL DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER!
¡No lo digo yo!, sino que esta
fecha fue designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año
2000 para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el
mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.
La violencia hacia las mujeres la
ejercen hombres.
No se “celebra” el día contra
la violencia de género ni tampoco el día contra TODAS las violencias de
género (como lamentablemente he escuchado en muchos sitios últimamente).
El 25 de noviembre no es una
celebración. No hay nada que celebrar respecto al machismo. Es un día de
conmemoración, de reivindicación, de sensibilización.
Concretamente, el enfoque y lema
de la campaña de la ONU para el Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer y los 16 Días de Activismo (que van del 25 de
noviembre al 10 de diciembre) de este año 2025 está centrado en la violencia en
el espacio digital, ya que se trata de una amenaza creciente.
Se trata de abordar diversos
tipos de abusos en línea, como el intercambio no consentido de imágenes
íntimas, el ciberacoso, el troleo, las amenazas en línea, el discurso de odio, la
desinformación en las plataformas, la suplantación de identidad y la vigilancia
y control en línea.
Es verdad que en la sociedad
española hemos avanzado mucho, pero igualmente queda mucho por hacer. A día de
hoy el machismo es más sutil, más indetectable pero igualmente peligroso.
El machismo mata, el
machismo viola, es la raíz de todo acto de desprecio y ofensa hacia la
mujer, es homófobo y discrimina de manera sistemática, oculta las
desigualdades, oculta lo femenino, relega a la mujer a ocupar un papel
secundario y se esfuerza por controlar el discurso. Una de sus más
significativas expresiones de control es, precisamente, el intento de vetar el
uso del término “machismo” (“Lo que no se nombra, no existe”), buscando
reducir su impacto a la simple denominación de “violencia de género”,
eludiendo de paso, la discusión sobre su origen ideológico. No es únicamente un
tema semántico.
Una de las características del
machismo, y por consiguiente de los hombres y mujeres que lo perpetúan, es su defensa
basada en la negación. Esta táctica busca eludir la crítica a la
estructura de pensamiento (la ideología machista), reduciendo el problema a
incidentes aislados o pretendiendo que la batalla por la igualdad ya ha sido,
supuestamente, ganada.
Otra estrategia propia del
machismo consiste en cambiar la semántica, sabedores de que el lenguaje
es origen de ideas, incluso de forma subliminal. Un ejemplo claro es el uso de "violencia
de género" en vez de "violencia hacia la mujer", con el
objeto de equiparar todas las violencias. Esto llevaría al pensamiento de que
no existe un problema estructural de machismo, sino de violencia en general.
Suele ser común, igualmente, negar
o alterar los datos aterradores de la violencia machista hacia las mujeres
para ralentizar, lo más posible, los avances feministas.
Quiero denunciar, igualmente, esa
estrategia, tan machista como burda, que consiste en recalcar que los hombres y
las mujeres somos diferentes y que por tanto no tiene sentido buscar la
igualdad, como si las personas feministas no aceptáramos esa irrefutable ley
natural que dice que hombres y mujeres somos diferentes biológicamente.
El machismo se derrama, invade y
permanece en todos los ámbitos y contextos de la sociedad: Música,
comportamientos, actitudes, humor, publicidad, lenguaje, relaciones, sueldos,
puestos de responsabilidad, etc. El machismo nace, crece y se reproduce gracias
a hombres y mujeres, pero las violencias machistas (sí, en plural) la
ejercen hombres contra mujeres.
Os invito a descubrir cifras (por
supuesto, cifras oficiales) tanto en España como en el resto del mundo.
Así que ya sabéis. ¡Lo que es, es!
Dejaos engañar, si eso os hace
felices, pero al menos, no propaguéis el engaño.
Puedo admitir, incluso, que el
término “feminismo” (comúnmente confundido con “hembrismo”) pueda
inducir a error e incluso que quizás no sea el más afortunado si lo que se
pretende es la igualdad de derechos y oportunidades, pero significa,
precisamente, eso: “Eliminación de todas las formas de desigualdad y opresión
derivadas del patriarcado.
Fdo. Diego Bueno
No hay comentarios:
Publicar un comentario