lunes, 24 de noviembre de 2025

HABLEMOS DEL 25N... ¡POR FIN!

 

Vamos a ver si nos enteramos de una puñetera vez:

Voy a hablar muy clarito para que me entienda hasta la persona más torpe u obstinada.

¡LO QUE SE CONMEMORA EL 25 DE NOVIEMBRE ES EL DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER!

¡No lo digo yo!, sino que esta fecha fue designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000 para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.

La violencia hacia las mujeres la ejercen hombres.

No se “celebra” el día contra la violencia de género ni tampoco el día contra TODAS las violencias de género (como lamentablemente he escuchado en muchos sitios últimamente).

El 25 de noviembre no es una celebración. No hay nada que celebrar respecto al machismo. Es un día de conmemoración, de reivindicación, de sensibilización.

Concretamente, el enfoque y lema de la campaña de la ONU para el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y los 16 Días de Activismo (que van del 25 de noviembre al 10 de diciembre) de este año 2025 está centrado en la violencia en el espacio digital, ya que se trata de una amenaza creciente.

Se trata de abordar diversos tipos de abusos en línea, como el intercambio no consentido de imágenes íntimas, el ciberacoso, el troleo, las amenazas en línea, el discurso de odio, la desinformación en las plataformas, la suplantación de identidad y la vigilancia y control en línea.

Es verdad que en la sociedad española hemos avanzado mucho, pero igualmente queda mucho por hacer. A día de hoy el machismo es más sutil, más indetectable pero igualmente peligroso.

El machismo mata, el machismo viola, es la raíz de todo acto de desprecio y ofensa hacia la mujer, es homófobo y discrimina de manera sistemática, oculta las desigualdades, oculta lo femenino, relega a la mujer a ocupar un papel secundario y se esfuerza por controlar el discurso. Una de sus más significativas expresiones de control es, precisamente, el intento de vetar el uso del término “machismo” (“Lo que no se nombra, no existe”), buscando reducir su impacto a la simple denominación de “violencia de género”, eludiendo de paso, la discusión sobre su origen ideológico. No es únicamente un tema semántico.

Una de las características del machismo, y por consiguiente de los hombres y mujeres que lo perpetúan, es su defensa basada en la negación. Esta táctica busca eludir la crítica a la estructura de pensamiento (la ideología machista), reduciendo el problema a incidentes aislados o pretendiendo que la batalla por la igualdad ya ha sido, supuestamente, ganada.

Otra estrategia propia del machismo consiste en cambiar la semántica, sabedores de que el lenguaje es origen de ideas, incluso de forma subliminal. Un ejemplo claro es el uso de "violencia de género" en vez de "violencia hacia la mujer", con el objeto de equiparar todas las violencias. Esto llevaría al pensamiento de que no existe un problema estructural de machismo, sino de violencia en general.

Suele ser común, igualmente, negar o alterar los datos aterradores de la violencia machista hacia las mujeres para ralentizar, lo más posible, los avances feministas.

Quiero denunciar, igualmente, esa estrategia, tan machista como burda, que consiste en recalcar que los hombres y las mujeres somos diferentes y que por tanto no tiene sentido buscar la igualdad, como si las personas feministas no aceptáramos esa irrefutable ley natural que dice que hombres y mujeres somos diferentes biológicamente.

El machismo se derrama, invade y permanece en todos los ámbitos y contextos de la sociedad: Música, comportamientos, actitudes, humor, publicidad, lenguaje, relaciones, sueldos, puestos de responsabilidad, etc. El machismo nace, crece y se reproduce gracias a hombres y mujeres, pero las violencias machistas (sí, en plural) la ejercen hombres contra mujeres.

Os invito a descubrir cifras (por supuesto, cifras oficiales) tanto en España como en el resto del mundo.

Así que ya sabéis. ¡Lo que es, es!

Dejaos engañar, si eso os hace felices, pero al menos, no propaguéis el engaño.

Puedo admitir, incluso, que el término “feminismo” (comúnmente confundido con “hembrismo”) pueda inducir a error e incluso que quizás no sea el más afortunado si lo que se pretende es la igualdad de derechos y oportunidades, pero significa, precisamente, eso: “Eliminación de todas las formas de desigualdad y opresión derivadas del patriarcado.

Fdo. Diego Bueno

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