domingo, 3 de noviembre de 2024

HABLEMOS DE: "EL MAL EN INTERNET"… POR FIN!!

 

HABLEMOS DE "EL MAL EN INTERNET"… POR FIN!!


   Internet, en general y las redes sociales, en particular, nos han acercado tanto lo mejor del ser humano como nuestras miserias como especie.

Quienes hemos vivido el cambio (la revolución) que supuso el acceso a internet por parte de toda la población, hemos sido testigos de cómo nuestro mundo se deslocalizó. Nuestro círculo de amistades y personas conocidas estaba claramente limitado por la distancia física así que, más o menos, todas las personas que conformaban esos círculos poseían una moral parecida (diferenciada por matices) marcada por lo vivido juntos durante años. De buenas a primeras el mundo se abrió y pudimos observar cómo hay formas de pensar muy distintas y cómo, tras esa primera apertura, la gente se alineaba a distintos polos (generalmente opuestos y enfrentados) por nuestra tendencia innata, motivada por la necesidad de supervivencia, a simplificar, ser parte de un “grupo social” y calificar. A día de hoy y tras varios años con redes sociales en nuestras vidas, podemos afirmar que el mundo se encuentra ya polarizado a la vez que interconectado.

Siempre me pregunté cómo es posible que una sociedad, dadas las circunstancias y condiciones necesarias para ello, se vuelva cruel o deshumanizada. Tenemos ejemplos a lo largo de la historia. La guerra de la antigua Yugoslavia a principio de los 90’s, la sociedad alemana a mediados de los 30’s o la dictadura franquista durante y tras la guerra civil española, sin ir más lejos, son claros ejemplos, pero hay cientos de esos ejemplos en todas las sociedades a lo largo de la historia. Personas que se convirtieron en monstruos capaces de hacer monstruosidades. ¿Quiénes eran esas personas? ¿por qué esas personas actuaban así, casi sin conciencia, convencidas de que eso era lo mejor? ¿Qué tenían en común? (hablo de genocidios, maltratos, matanzas y violaciones de los derechos humanos más fundamentales) Yo no estoy capacitado para responder a esas preguntas, lo que sí se es que ese tipo de personas están a nuestro alrededor. Puede ser tu compañero/a de trabajo, tu vecino/a o alguien de tu familia. Personas que, si se dan las circunstancia, serían capaces de cometer atrocidades. Es lo primero que se me viene a la cabeza cuando veo y escucho comentarios cargados de odio, ira, falta de empatía y sobre todo faltos de compasión. Cuando veo todo eso me digo a mi mismo que, si se dieran las circunstancias, esas personas, seguramente, serían esos monstruos de los que hablo. Están ahí y son reconocibles por sus opiniones en redes sociales ya que en la distancia corta suelen guardar las formas y son más difícilmente identificables. Las redes sociales, gracias al anonimato o a la impunidad se han convertido en territorio abonado para que esas personas ganen espacio y adeptos.

Es un logro llegar a competir a nivel olímpico. Pero cuando el saltador británico Tom Daley no ganó una medalla en los Juegos Olímpicos de 2012 , se convirtió en el blanco de comentarios en Internet que eran simplemente crueles. "Has decepcionado a tu padre, lo sabes", tuiteó un adolescente. “El padre de Daley había muerto recientemente de cáncer cerebral.

Daley retuiteó el mensaje y agregó: "Después de darlo todo... me llegan idiotas que me envían esto". Después de enviar más tuits llenos de blasfemias a Daley y a otros que criticaron al adolescente, fue arrestado por la policía, pero liberado horas después con una advertencia por acoso [fuente: Warstorne ].”

Según el prestigioso psicólogo e investigador, profesor de la Universidad de Harvard, Howard Gardner, la raíz, al parecer, puede estar en lo más profundo de la psique humana. La mayor parte de la comunicación es no verbal, compuesta por el lenguaje corporal, el contacto visual, el tono de voz y los patrones del lenguaje. Sin esta información que nos ayude a procesar y categorizar la información, nuestras mentes se ven obligadas a analizar lo incierto. Y, gracias a una tendencia prehistórica residual a luchar o huir, la inseguridad sobre las intenciones de otra persona a menudo crea una reacción negativa ante una amenaza percibida [fuente: Howard Gardner ].

No se si ganará las elecciones pero lo que es seguro es que alguien como Donald Trump cuenta con la mitad de los votos en EEUU y ya sabemos que todo lo que ocurre en EEUU termina imponiéndose en España. En fin. Miedo me da. Probablemente debamos aceptar que el ser humano lleva el mal de forma intrínseca y que valores como la compasión sean más utópicos que reales pero lo cierto es que estamos diseñados para vivir en sociedad ya que en eso se basa nuestro éxito y para vivir en sociedad debe existir, irremediablemente, la colaboración, las leyes y la ayuda mutua.

Fdo. Diego Bueno



domingo, 27 de octubre de 2024

¡Hablemos de When I'm Sixty-Four... Por fin!



Los que andamos ya rondando los 60 años, entre otras características propias de la edad, entramos en una etapa de nuestras vidas en que nuestras energías son cada vez más limitadas. Nos lo pensamos antes de iniciar una actividad. Ralentizamos nuestros movimientos, a veces de forma inconsciente y otras veces por pura eficiencia energética, optimizamos nuestro tiempo de vigilia así como el uso de nuestros sentidos que, para más inri, comienzan a flaquear. Buscamos entornos seguros y actividades que nos son familiares, más si cabe si las hemos estado practicando durante años y años ya que de esa forma podemos gestionar mejor el tiempo. LLegamos al punto de, si no lo hemos sabido hacer antes, desprendernos de ese tipo de personas que nos restan energía. Nos apartamos de la toxicidad, nos volvemos intolerantes ante quienes nos roban nuestra paz y tratamos de evitar los entornos que nos sobreexcitan. Empezamos a valorar más los silencios ensordecedores que los ruidos sepulcrales. Cuando estamos en esta etapa ya hemos vivido prácticamente todas las situaciones posibles. Situaciones y circunstancias personales que nos han ido enriqueciendo como persona. Ahora se trata de disfrutar de esa riqueza acumulada y de hacerlo junto a quienes nos importan y a quienes importamos. Nos volvemos implacables, intolerantes e incluso desagradables ante quienes nos roban nuestro tiempo, nuestra paz o nuestra energía porque a estas edades se cotiza con el valor más alto tanto el uno como las otras. Quienes poseen caracteres más fríos lo hacen con cierta facilidad pero quienes nos movemos por sentimientos y somos algo más intensos necesitamos un mayor tiempo de adaptación. Hay que entender que estamos en proceso de asunción de un físico que ya flaquea. Asimismo debemos asumir que ya no podemos responder con la misma vitalidad que antes, que nuestras costumbres y nuestras actividades ya se ven más limitadas. Todo ese proceso (como todos los procesos humanos) no es uniforme. Está cargado de altibajos y vaivenes que, a veces, llegan a desestabilizarnos. Una de las consecuencias suelen ser las heridas colaterales que todo ese proceso provoca, pero estamos obligados a ser más directos. Nos volvemos más antisociales, más implacables. Nos importa menos el qué dirán y aunque seguimos siendo fieles cumplidores de las normas sociales, no las seguimos por dar una imagen pública que nos sirva para engordar nuestro ego o para tapar nuestras carencias, sino más bien por una cuestión de necesidad para la convivencia en comunidad. No sé cuánto dura ese proceso pero sí se que estoy inmerso de lleno en él. Yo pongo empeño en no molestar a nadie y tal como he hecho siempre, trato de ser amable, educado, divertido y cariñoso. Sin embargo, si alguien trata de alterar mi paz, es muy probable que me muestre de forma poco contemplativa. Ya sabemos que los humanos, ante el miedo, respondemos con la huida o la pelea. El miedo que, a estas edades, nos provoca la alteración de nuestra paz, nos hará alejarnos o sacar nuestras uñas dispuestos a la confrontación.

Fdo Diego Bueno.

lunes, 29 de julio de 2024

¡¡PONGAMOS QUE HABLO DE MADRID... POR FIN!!

 


Este pasado fin de semana hemos estado en Madrid. En Madrid siempre hay mucha gente. Es la capital de España. Ahí están todas las instituciones del Estado, además se trata de una ciudad con un pasado histórico y un legado cultural y patrimonial espectacular. La capital tiene una población de más de 3 millones de habitantes pero contando con el área metropolitana, hablamos de cerca de siete millones de personas. La villa de Madrid posee, además, una oferta cultural envidiable y es un evidente motor económico del país. Todo ello hace que reciba muchos visitantes foráneos (como nosotros) y que sea destino de mucha migración (sobre todo procedente de sudamérica). Es comprensible que zonas como la Gran Vía estén masificadas permanentemente y eso tiene consecuencias. No obstante, lo que hemos podido ver este fin de semana ... yo, al menos, no lo había visto nunca (y conste que voy mucho a Madrid desde hace ya muchos años). Me refiero a familias enteras (con niños y todo) durmiendo y mal viviendo EN LAS ACERAS. Es, al menos para mi, desolador y desesperanzador ver cómo la gente vive "su fiesta" sin sobrecogerse, sin siquiera inmutarse ante la imagen de tantas personas tumbadas en las aceras (repito.... FAMILIAS ENTERAS CON NIÑOS). La otra imagen que me ha impactado es la de las aceras repletas de basura. Literalmente. Para andar había que ir sorteando latas de refrescos, vasos, envases etc. Las papeleras repletas. Gente que se toma una lata de refresco y la tira al suelo como si nada (supongo que lo hacen porque son libres. Viva la libertad!). En ningún momento vi servicio de limpieza (supongo que les pillaría por sorpresa tanta gente en un fin de semana en Madrid en vez de estar en Benidorm). En fin... Un caos marcado por el individualismo, el todo vale, la falta de ética y el "voy a lo mío y me importa una mierda lo social, lo común, lo humanista". Supongo que me hago viejo y por eso me llaman la atención esos "detallitos".
Fdo. Diego Bueno.
Me gusta
Comentar
Copiar
Compartir


martes, 23 de julio de 2024

¡HABLEMOS DEL BUEN USO DEL LENGUAJE... POR FIN!

 


Todos nuestros logros como humanos, tanto en lo positivo como en lo negativo, han implicado la utilización del lenguaje. Como seres humanos, usamos el lenguaje de dos formas diferentes y relacionadas entre sí:

Por un lado, lo utilizamos para representar nuestra experiencia (percepción, sensaciones, emociones, conclusiones, etc.) respecto a cualquier actividad. Esto implica razonar, pensar, fantasear o ensayar. Al tratarse de un sistema de representación de nuestro “yo”, creamos un modelo de nuestra experiencia. Este modelo del mundo que construimos a través del lenguaje se basa en nuestra capacidad de percepción.

Por otro lado, usamos el lenguaje para comunicarnos. Lo que comunicamos es nuestra propia representación del mundo, y lo hacemos mediante el lenguaje hablado o escrito. Discutimos, conferenciamos, escribimos, cantamos, etc.

Adquirir herramientas lingüísticas desde muy corta edad facilita el buen uso del lenguaje en ambas vertientes. Por ello, es fundamental, desde un punto de vista pedagógico, que los niños y niñas aprendan un vocabulario amplio, que lo comprendan, lo interioricen y lo usen. Nuestro papel como familias y docentes es incitar, animar y estimular este proceso.

Uno de los grandes objetivos vitales de los seres humanos es construir una historia de vida de la que sentirnos orgullosos/as: nuestros logros, relaciones y aprendizajes. Todo esto se construye y toma forma mental a través de las palabras.

A menudo no somos conscientes de la importancia del uso adecuado del lenguaje. No siempre reflexionamos lo suficiente antes de elegir las palabras que utilizamos. La buena noticia es que nuestro cerebro tiene la capacidad de adaptarse y adquirir nuevas formas de procesar el lenguaje. Todo es trabajable y mejorable. Las personas educadoras y las familias, dada nuestra influencia, tenemos la responsabilidad de ser conscientes de la importancia de las palabras en la construcción del “yo” ya que son herramientas fundamentales, y pueden ser tanto una ayuda como un freno.

El empleo del lenguaje positivo debería ser un elemento clave en todo proceso de enseñanza-aprendizaje, entendiendo que va mucho más allá de reforzar acciones o ideas. Un ejemplo significativo de la importancia de las palabras es el conocido efecto placebo, que se ha demostrado como el mejor y mayor medicamento para cualquier enfermedad. Su importancia es tal que absolutamente todos los estudios farmacológicos lo utilizan para comprobar la efectividad de un fármaco.

Estimulemos el buen uso del lenguaje, promoviendo la adquisición de un vocabulario extenso y variado. De ello depende, en gran medida, el éxito en la vida: en el ámbito profesional, en las relaciones, y en la gestión de los contratiempos. Un “yo” fuerte, resiliente y seguro, es más capaz y eficiente. Con un lenguaje positivo es infinitamente más fácil poseer una buena autoestima, ser más educado/a, tener mejores sentimientos y ser más auténtico/a, asertivo/a, creativo/a o, simplemente, disfrutar más intensamente de cualquier expresión de belleza con la que nos topemos.

Fdo. Diego Bueno.


miércoles, 17 de julio de 2024

AZUL PASTEL, VIOLETA Y ROSA... TOULOUSE

 



AZUL PASTEL:

Prosperidad, edad media- renacimiento, enrejados de balcones y ventanas, perfumes, elaboración laboriosa.

El glasto (Isatis Tinctoria) es una planta de flor amarilla, usada desde la Antigüedad por sus propiedades medicinales y por producir un tinte azul muy estable.

El cultivo y la comercialización del glasto se desarrollaron durante el Renacimiento, sobre todo en la región de Lauragais, entre Toulouse, Albi y Carcasona. Lo que se llamó el Triangulo Azul.

Entonces, el modo de elaboración era bastante largo. Las hojas del glasto se recogían, se secaban y se machacaban. Tras una fermentación se hacía con la pasta unas pelotas llamadas coques o cucañas La región de Lauragais era pues “el país de Cucaña”. Estas pelotas se machacaban después para hacerlas polvo: era el pigmento que llamaban “agranat”.

El tinte se obtiene por oxidación: cuando se sumerge el paño en el tanque con el tinte sale de color verde. En contacto con el oxígeno del aire se opera la magia y el paño se vuelve azul.

Este color indeleble es de gran calidad. Dicho pigmento se ha empleado también en pintura lo que ha ayudado al desarrollo de la región.

Este Siglo de Oro finalizó cuando dicho comercio terminó a causa de la competencia del negocio del añil, planta de propiedades tintóreas más fácil de transformar.

La gama de los productos derivados del glasto es hoy muy amplia: textil, papelería, accesorios, etc.

La planta de glasto también se utiliza en cosmética y la encontramos en varias tiendas de Toulouse y sus alrededores. Aceite, pigmentos y semillas se utilizan por sus características hidratantes y reconstituyentes como cremas y jabones. Lo encontramos en Graine de Pastel y en Terre de pastel.

VIOLETA:

La flor del amor

En una de sus canciones, Luís Mariano cantaba que el amor era “un ramito de violetas“. La violeta de Toulouse es hoy día uno de los símbolos de la Ciudad Rosa.

Una leyenda atribuye la aparición de esta flor en Toulouse a una historia de amor. Cuentan que un oficial del ejército de Napoleón III que venía de Parma, en Italia, trajo un ramillete de violetas a su novia tolosana.

En el lenguaje de las flores la violeta simboliza el pudor, el recato. Al regalar un ramillete de violetas a alguien le estamos diciendo “te quiero en secreto”.
Con sus hojas en forma de flor, es ideal para deshojar margaritas.

Existen más de 300 variedades de violeta, cien de las cuales el Centro de Conservación de la Violeta presenta en los invernaderos municipales de Toulouse traídas de diferentes países.

Esta delicada planta sin semillas se cultiva mediante esquejes y en invernadero. La violeta de Toulouse es una violeta múltiple que puede tener entre 30 a 50 pétalos. Florecen durante 4 a 5 meses y se recogen entre octubre y marzo. Si la violeta no está siempre en flor se pueden encontrar todo el año productos derivados de ella: dulces, decoraciones, fragancias, ropa, cosmética, etc.

El perfume de esta flor tiene la particularidad de adormecer inmediatamente los receptores olfativos. Es decir que, cuando respiramos esta flor, no conseguimos seguir oliendo su perfume durante algún tiempo. Necesitamos esperar unos minutos para que el sea de nuevo posible.

Todos los años, el primer fin de semana de febrero se celebra en la plaza del Capitole de Toulouse, la fiesta de la violeta. Talleres para saber cambiar de maceta la violeta, exposiciones, animaciones para todos, etc. Es la “Fiesta de la violeta”.

ROSA:

Situada en el suroeste de Francia, a orillas del río Garona, Toulouse es conocida como «La Ville Rose» (La Ciudad Rosa) debido al característico color de sus edificios, construidos con ladrillos de terracota. Esta vibrante metrópoli, capital de la región de Occitania, es la cuarta ciudad más grande de Francia y alberga una rica historia, un río convertido en un oasis natural y una curiosa relación con el espacio.

En diversos lugares de Francia existe un hombre que toca con su acordéon la famosa canción “La vie en rose” de Edith Piaf. En la misma, la cantante hablaba acerca de un amante en cuyos brazos se pierde, en los que nace esa "vida en rosa". Una sensación similar nos invade cuando paseamos por las callejuelas de Toulouse, la ciudad rosa de Francia, la confidente de un río Garona que divide todos sus encantos para desplegar una sucesión de postales irresistibles: desde los pícnics a base de baguettes con crudités junto al canal du Midi hasta el grupo de tolosanos que juega a la petanca en las inmediaciones de la plaza de la Dorada.

Toulouse es la joya de Occitania, con su encanto medieval y la certeza de ver la vida a través de nuevos colores.

La ausencia de producción de piedras llevó a los habitantes a moldear sus propios ladrillos a partir de la arcilla obtenida de canteras cercanas. El color rojizo de este material procede del conocido “brique foraine” o ladrillo de tonos rojizos y rosados tan típicos de esta ciudad.

Un perfecto hilo conductor que nos guía a través de un casco antiguo prácticamente intacto -a falta de la antigua muralla- que podemos descubrir partiendo de la rue Gambetta, una de las calles más bonitas de Toulouse. Los balcones hinchados de flores, la rosada paleta cromática y los cafés típicos regalan una estampa que incita a perderse en la rica historia de la ciudad.

miércoles, 10 de julio de 2024

HABLEMOS DE “LA VIDA PASA”… POR FIN!!

 


Pasa en un santiamén que se decía antes. Pasó volando. Pasa todo lo voluptuoso de la vida. Las inseguridades, lo intenso, las vivencias, los nervios a flor de piel. Todo pasa. Hasta las incertidumbres pasan. Los que nos movemos en edades que rondan los 60 años de vida… absolutamente todos tenemos la misma sensación: ¡Qué rápido pasó todo. Parece que fue ayer cuando tal y tal!

Andamos como despistados, abrumados por el paso implacable del tiempo, cohibidos a veces por su velocidad cada vez mayor. Peleamos contra la nostalgia a la vez que disfrutamos de ella en nuestro fuero interno. Ahora llega la calma, lo contemplativo, los movimientos lentos. Es como si con ello quisiéramos parar un poco el tiempo. Hacemos balance a veces y sentimos envidia por no poder disfrutar en estos momentos de nuestra juventud dadas las enormes posibilidades de que dispone la gente joven a día de hoy y sin embargo sentimos la sana nostalgia de nuestros maravillosos tiempos pasados que tan felices nos hicieron. Nos movemos en la cuerda floja buscando el equilibrio entre un estado depresivo no desmedido provocado por el declive físico/psíquico y un “gracias a la vida que me ha dado tanto”. Entre el agradecimiento por seguir vivos y la tristeza que provoca el saber que la juventud se fue y ya no volverá jamás. Entre las tinieblas del futuro en forma de muerte cada vez más cercana y la luz que nos inunda el corazón sabedores de que todavía queda mucho por hacer y sentir. Equilibrio entre valorar más que nunca cada minuto vivido y cada bocanada de aire inhalado y sentir la inevitabilidad del paso del tiempo comprobando que se van cumpliendo, poco más o menos, los pronósticos agoreros. Equilibrio entre rodearnos únicamente de personas conscientemente elegidas y sentir, a veces, la más absoluta soledad en todos los sentidos. Supongo que por eso combinamos estados de felicidad asociados al bienestar de que disfrutamos o la sensación del deber cumplido y las metas alcanzadas, en contraposición a la insoportable levedad del ser o el desasosiego que provoca la impotencia que supone comprobar que el ser humano no tiene remedio. Reconfortante felicidad por la suerte de haber nacido y vivido en época y lugar inmejorables en comparación con otros tiempos y lugares y la desazón de saber que el mundo seguirá su curso sin nosotros como si nada a la vez que somos conscientes de que está abocado a la extinción de la humanidad.

Fdo. Diego Bueno


domingo, 16 de junio de 2024

¡¡HABLEMOS DEL AUGE DE LAS EXTREMAS DERECHAS… POR FIN!!

 


Muy probablemente, al ver que este escrito es más extenso de lo que te gustaría, te quedes con el titular y no sigas leyendo. Esa actitud forma parte de la saturación de información que vivimos actualmente y que nos hace quedarnos solo con los titulares.

Espero que muchas de las personas que lean esta reflexión se sientan identificadas con el fondo de lo que trato de plasmar con estas palabras.

Uno no pretende “arreglar el mundo” y mucho menos valiéndome de mi nula capacidad para influir en otras personas. Tampoco me mueve la pretensión de servir de ejemplo de absolutamente nada. Me limito a ser un observador de unas realidades que, me consta, mucha gente también las intuye, las percibe e incluso las padece.

No es casualidad que en las últimas elecciones a nivel europeo se haya constatado un auge de las derechas y más concretamente de las extremas derechas. Sí, efectivamente ya son muchas extremas derechas en Europa y en el afán de suavizarlas y blanquearlas cara a la galería, crean nuevas extremas derechas a cuál más cruel y radical. De esa forma, la extrema derecha primigenia termina pareciendo cosa de niños comparado con las “nuevas”. Aunque muchas personas con ideología de izquierdas se vean asombradas por semejantes resultados electorales, he de decirles que esos resultados son la consecuencia lógica de la moral imperante a día de hoy. Habría, en principio, que definir tanto los preceptos como las causas de esa moral.

La revolución que supuso la llegada de internet a todos los hogares, así como el uso masivo de dispositivos de todo tipo, fue bestial e incluso traumática en algunas facetas dado que tenías, literalmente, el mundo en tus manos. ¡Cambió todo! Algunos cambios para bien y otros para mal. Es lo que suele ocurrir con las herramientas. Bien usadas son muy útiles, sin embargo, todos sabemos que un cuchillo puede ser usado para algo más que para pelar papas. El control del fuego por parte de la especie humana supuso toda una revolución en la evolución de la humanidad, pero a la par nacieron pirómanos y personas que usaban el fuego como arma de destrucción.

Por suerte, a día de hoy, somos más libres (digan lo que digan los conspiranoicos), sin embargo, todo tiene un precio y el precio de la libertad es elevado si no es ejercida por una sociedad madura, sensata, con conciencia social y con profundas raíces democráticas.

El hecho de vivir en sociedades que hace ya mucho tiempo que tienen cubiertas, sobradamente, las necesidades básicas (techo, familia, agua, comida, ropa, acceso a la educación y sanidad etc.) así como la interconexión y el anonimato que nos permiten las redes sociales, la mensajería instantánea y las webs de todo tipo, hace que cambien bruscamente los valores, la ética personal y, en definitiva, la moral social. Son factores comunes de nuestras sociedades; el egoísmo, la alienación, la desnaturalización, la manipulación, el individualismo, la radicalización y el poner en práctica la “Ley del interés egoísta”[1] que no solo no es repudiada, sino que es plenamente aceptada por la gran mayoría de personas.

Observo una mayor falta de escrúpulos en demasiada gente.

Observo, en paralelo, el daño de frases mal interpretadas provenientes de la cultura estadounidense. Frases del tipo:

- “be yourself” (“se tú mismo/a”) (aunque seas un mal nacido). Los demás deben entenderte, tolerarte y aceptarte por muy estúpido/a que seas. Son esas personas que justifican una mala acción con el consabido “es que yo soy así”. ¡Pues cambia, miarma!

- “A winner is a dreamer who never gives up” (“Un ganador es un soñador que nunca se rinde”) es decir, implícitamente te está diciendo que estás obligado a “ganar” y si no lo haces terminas frustrado/a. La gente termina ignorando que al competir no siempre se gana. No se repara en que este tipo de frases estimula la competición como contrapartida a la colaboración. La competitividad crea estrés, ansiedad y frustración a mansalva cuando se extralimita de forma obsesiva la competitividad sana.

- “If you can dream it, you can do it” (“Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”)

Por mucho que yo lo sueñe no voy a batir jamás el récord de los 100 metros lisos. Frases como esta hacen mucho daño en demasiadas personas que la interpretan como mensajes engañosos.

- “Don't worry. Be happy” (“No te preocupes. Se feliz”) ¿Cómo no voy a preocuparme ante lo injusto? ¿Cómo vamos a permanecer impasibles ante la falta de compasión o de empatía? ¿Dónde queda la conciencia social o la sensibilidad hacia el prójimo?

Yo, yo y yo. El triunfo de la individualidad, el abandono de la conciencia social supuestamente innecesaria en sociedades con las necesidades básicas cubiertas.

Es el mismísimo concepto de felicidad el que está sesgado, el que está siendo adulterado. Se confunde la felicidad con el placer hasta convertir el hedonismo en religión. En nuestra sociedad altamente tecnológica, los individuos se han convertido en seres cortoplacistas, disfrutadores del momento, consumidores voraces y compulsivos buscadores del placer instantáneo. El resultado son egos inflamados a modo de enfermedad que se manifiesta en la búsqueda desmedida del placer, confundiendo el desarrollo personal con la explotación de uno mismo. El individuo se consume a sí mismo en un movimiento auto expansivo, sin ser consciente de que está perdiendo su individualidad y carácter. Se desatan comportamientos narcisistas y exhibicionistas con caldo de cultivo en las redes sociales que sirven de estímulo a quienes empiezan a abrirse al mundo (adolescentes). La gente quiere ser “youtuber”, “influencer”, “tiktoker”, etc. Son el paradigma del éxito y nadie entra en un análisis reflexivo y profundo sobre la autenticidad de esas vidas de “felicidad” permanente. El usar y tirar se aplica a las personas sin miramientos, sin escrúpulos.

Por otra parte, las grandes palabras están siendo manipuladas, mal usadas. Sabemos que los humanos pensamos y procesamos la información usando palabras. El pensamiento abstracto en lo más profundo de nuestro cerebro se manifiesta en base al empleo de palabras que dan nombre a sentimientos, deseos, emociones etc. La palabra “amor”, mal usada, banalizada, hace que su significado devalúe su esencia. Deja de ser eso que todo lo mueve, que todo lo guía, que nos hace sentir humanos. Se llama amor a cualquier cosa. Se lanzan “te quiero” y “te amo” a las primeras de cambio. Pierden valor los besos o los abrazos que se dan con la misma grandilocuencia que falsedad. Nos encontramos, igualmente, a personas que han interiorizado la risa permanente como parte de su comportamiento o su actitud vital sabedoras de que eso puede facilitarles las relaciones de todo tipo. Como si una risa permanente fuera real o posible. La palabra “libertad” pasa a convertirse en la capacidad para decidir si me tomo una cerveza o tres.

Observo que dejan de existir los grandes amores de verdad, los grandes amigos/as de verdad, los grandes compañeros/as de verdad. La gente va a lo suyo. Saturados de información, buscamos la inmediatez en todo. Nos quedamos en los titulares con lo que eso implica para ser fácilmente manipulados mediante noticias falseadas y cuando en ciertos momentos paramos y analizamos, buscamos remedios inmediatos contra la inmediatez. Nos apuntamos a yoga de 6 a 7 de la tarde, damos paseos por el campo o la playa durante tres horas un sábado y poco más. Sin embargo, aunque todo eso está bien, no es el remedio a lo que estamos viviendo. Yo no sé cuál es el remedio. Esto es tarea para las personas especialistas en sociología, psicología, filosofía e incluso teología. Lo que sí sé es que hay un deterioro de lo social, de lo humanista, entendiendo el humanismo como una actitud vital que concibe de forma integrada los valores humanos. Los más significativos de esos valores, en clara decadencia a mi modo de ver, son:

- La tolerancia. La gente cada vez tolera menos. Es cierto que nadie tiene por qué aguantar conductas que dañan (sobre todo si se prolongan en el tiempo) pero igualmente es cierto que las relaciones humanas deben tener como base la tolerancia dada la premisa que dice que todos somos imperfectos. Nos encontramos con relaciones de pareja que duran lo que dura la fase de enamoramiento sin permitir llegar al verdadero amor. Amistades, relaciones entre compañeros/as, vecinos/as, usuarios de transportes públicos etc. La gente aguanta poco. O tienen la piel muy fina o son crueles y denotan falta de sensibilidad. Son esas personas que llaman gordo/a a quien está gordo/a (como si no existieran los espejos), los que insultan públicamente a quienes opinan distinto, los que se burlan de otras personas sin reparar en el daño que causan, etc.

- La compasión. Observo que el individualismo y el egoísmo tienen como consecuencia la falta de compasión, la crueldad, la falta de escrúpulos. Cada vez veo a más personas que no se ponen en la piel de los más débiles, que desconfían y eso les hace ser crueles. La violencia y la crueldad tienen su origen en la falta de confianza en uno mismo y por tanto en el resto, así como en la idea de que no me importa lo que le ocurra al prójimo si yo estoy bien y cumplo mis objetivos.

- La amabilidad. Cada vez hay más personas a las que les cuesta sonreír, ser amables, educadas. Ya no les da vergüenza no decir buenos días o pedir las cosas por favor. Ya no se avergüenzan de no mirar a los ojos al interlocutor. Ya no tratan de crear un ambiente agradable a su alrededor. Van a lo suyo y lo demás y las demás personas les importan poco.

- La honestidad. Cada vez hay más personas deshonestas. Es la consecuencia del “todo vale por servir a mis intereses”. No importa traicionar a amigos ni hacer gala de una doble moral ni contradecirse según el foro en el que se habla. Si sirvo a mis intereses personales es lícito todo eso. Es el entorno adecuado para los trepas, los lameculos, los descastados, los traidores y traicioneros. No importa engañar, mentir, coaccionar, chantajear etc. No hay escrúpulos ni cargos de conciencia.

- La empatía. Ponerse en el lugar del otro para tratar de entenderlo/a implica un esfuerzo y requiere una educación. Demasiada gente va a lo suyo y cada vez les cuesta menos escuchar a la otra persona y tratar de sentirse como esa persona se siente. Observo que a los niños y niñas se les enseña a mirar por y para sí mismos. Faltan límites, se les deja actuar a su libre albedrío y ya sabemos que los niños y niñas son egoístas por naturaleza tal y como corresponde a cerebros inmaduros. Buscan el camino fácil para obtener lo que necesitan y una de esas necesidades consiste en que sus padres les pongan límites. Si nadie les corrige esas conductas se convertirán en personas sin herramientas ante la frustración y en adultos egoístas, individualistas, hedonistas y solitarios/as.

Esos conductores de coches BMW, Audi o mercedes, principalmente, que no usan los intermitentes, que se cuelan para no esperar colas o que usan un modo de conducción agresiva… no son votantes de partidos de izquierdas.

Esa gente que en pleno siglo XXI sigue defendiendo la innegable crueldad de la “fiesta” de los toros… No son votantes de partidos de izquierdas

Los negacionistas, los “trumpistas” y los conspiranoicos… no son votantes de partidos de izquierdas

Los empresarios, en general (muy poquitos se salvan), esos que tratan de explotar a trabajadores y se quejan, pero eso sí, con el Mercedes en la puerta y su chalet en la costa… no son votantes de partidos de izquierdas.

Los trabajadores analfabetos y por tanto manipulables fácilmente con consignas propias de niños de 4 años (aunque ellos jamás aceptarán eso), esos que escupen hacia arriba… no son votantes de partidos de izquierdas.

Los ultra patrióticos no votan a partidos de izquierdas

Esa gente que defiende el liberalismo económico a pesar de ejercer en organismos y centros públicos… no votan a partidos de izquierdas

Las fuerzas de seguridad del estado y los ejércitos, es decir, la gente que usa armas… no suelen votar a partidos de izquierdas

Los católicos y sobre todo los ultra católicos, en su intento de mantener poder y privilegios… no votan a partidos de izquierdas.

Los del ojo por ojo, los que entienden la justicia como venganza, los de los castigos a los niños incluso con violencia física… no votan a partidos de izquierdas

Los hombres y mujeres machistas y los violadores en manada… no votan a partidos de izquierdas

Los políticos del pelotazo y todos sus cuñados, “amigos/as” y agregados… no votan a partidos de izquierdas.

La gente ostentosa no vota a la izquierda

La gran mayoría de abogados y jueces… no votan a partidos de izquierdas

Los ladrones de guante blanco… no votan a partidos de izquierdas

Los monárquicos... no votan a partidos de izquierdas

Quienes se creen tocados por la varita de dios y en su prepotencia se creen mejores que el resto… no votan a partidos de izquierdas

La gente superficial que dedica demasiado tiempo, esfuerzo y dinero a la estética, a la imagen, a las marcas de ropa, etc… no vota a partidos de izquierdas.

Observo que estamos en pleno retroceso respecto a normas básicas de convivencia y abogo por la reposición de aquel programa infantil que veíamos de pequeños. Me refiero obviamente a “Barrio Sésamo”. Creo que se necesitan consignas claras, nítidas, concisas y concretas del tipo: “Matar o robar está mal”, “Cuando el semáforo está de color rojo hay que parar y esperar a que se ponga de color verde para poder continuar nuestro camino”, “Las cosas se piden por favor” “Ser amables es bueno para todo el mundo” etc.

Para que la sociedad sea más justa y equitativa, para construir espacios de convivencia agradables y sanos y para que las relaciones (amorosas, laborales y de todo tipo) entre personas sean más auténticas, honestas, colaborativas, empáticas y tolerantes se hace necesario revisar la moral social y combatir desde la EDUCACIÓN todo lo que nos deshumaniza. Mientras eso no se lleve a cabo seguirán en auge los partidos políticos de extrema derecha aupados por una sociedad radicalizada.

 

Fdo. Diego Bueno



[1]Doctrina que dice que lo único que cualquiera puede desear o buscar en última instancia (como un fin en sí mismo) es su propio interés.


martes, 9 de abril de 2024

HABLEMOS DE MORAL ACTUAL… POR FIN!!

 


Recuerdo en los años 80’s y 90’s, esas series estadounidenses que, al menos a mí, me sorprendían por ese egoísmo y a veces esa falta de escrúpulos que caracterizaba a esa sociedad.

Recuerdo que se decía que esa cultura terminaría contagiándonos y que eso que, moralmente, nos parecía execrable, terminaríamos haciéndolo nuestro.

Recuerdo ese “my self “ que nos invadía (y lo sigue haciendo) en letras de canciones, películas, series, programas de TV… o ese “You have to be yourself” (tienes que ser tú mismo/a). Lo que se escondía tras esas indicaciones y consignas iba mucho más allá del amor propio o del fortalecimiento de la autoestima. Era, igualmente, una loa al egoísmo, al narcisismo, a la falta de escrúpulos y a ese etiquetar con el calificativo de falso/a a toda persona con educación, empatía, sentido del compromiso o del saber estar.

A día de hoy nos vemos rodeados de gente con pocos escrúpulos, capaces de hacer daño gratuitamente sin obtener beneficio alguno (esa es la mejor definición de “gilipollas”), de gente que se vanagloria de mirar únicamente por sus propios intereses Están bien vistas, socialmente, esas actitudes. Hemos adoptado esa moral, en general, y eso tiene consecuencias devastadoras en la felicidad de las personas ya que buena parte de la felicidad, como bien se sabe, proviene de la generosidad o la abnegación.

A día de hoy hay gente que presume de decirle a alguien “me importas una mierda” o “debo mirar por mí”, como si eso tuviera que ver con el amor, con la entrega, con la conciencia social.

Hemos pasado de la madre abnegada, dedicada en cuerpo y alma a su familia, crianza de hijos/as etc, a la mujer (“¿empoderada?”) egoísta sin capacidad para empatizar, conectar y dar o darse de forma gratuita.

Hemos pasado del hombre buscador de recursos para la familia al hombre buscador de sexo como quien busca espárragos en el campo, el hombre cosificador de toda la vida o, simplemente, centrado en el dinero.

A las parejas les cuesta un mundo enamorarse porque no se fían unos de otros, porque las exigencias son las mismas que cuando vas a comprar fruta a la frutería. Tiene que cumplir unos requisitos a veces, cuasi absurdos (que si tatuajes, que si gimnasio, que si altura, que si forma de vestir, que si signo del zodiaco…)

Todo se banaliza, todo es frívolo, todo tiene duración limitada. A cualquier cosa la llamamos amor, a cualquier mierda la llamamos libertad. Se han devaluado por mal uso, palabras y conceptos, en otros tiempos, sagrados.

Si algo requiere el amor es constancia y esfuerzo. Disfrutar del sexo, de las buenas comidas, de los viajes, etc, nos gusta a todos/as, pero el amor tiene una cara B sin la cual es imposible que suene el disco de las relaciones sanas y auténticas. Hemos llegado a lo que se conoce como “adaptación hedónica”[1] que consiste, básicamente, en la capacidad de las personas para acostumbrarse al placer, lo que provoca la sensación de insatisfacción constante.

Obviamente no tengo capacidad para vaticinar hacia donde vamos. Sería una auténtica osadía por mi parte. Simplemente muestro mi descontento con lo que veo, siento y a veces padezco, probablemente provocado por mi desfase temporal propio de las personas con ciertas edades.

Fdo. Diego Bueno



[1] Referencias Madrid, F. S. M. (2021, 11 octubre). Adaptación hedónica y placer efímero. Forum Salud Mental Madrid. https://adiccionmadrid.com/adaptacionhedonica-y-placer-efimero/

jueves, 29 de febrero de 2024

¡¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!!

 



Con un siglo de historia, el grito “Viva Andalucía libre” ha ido adquiriendo muy distintos significados en función del momento político y social. A día de hoy, y en consonancia con el exceso de información existente y proveniente de tan variadas fuentes, cada cual da su propio sentido a la mencionada frase que, más que frase, ha supuesto siempre un grito lanzado a modo de reivindicación.

Yo, en el momento en que estamos, tengo mi propia construcción y argumentación para este grito tan nuestro, tan reconocible, tan asociado a la transición, tan histórico.

Si. ¡Viva Andalucía libre! Libre de explotadores, libre de ladrones, libre de gente falsa, libre de engañabobos, de agoreros, de negacionistas, libre de fascismo, libre de populismos de barras de bar, libre de vagos y maleantes, libre de gente insolidaria, egoísta y ecpática, libre de apáticos y distópicos. En definitiva, “Libre de gilipollas” que ni comen ni dejan comer.

Sigo creyendo que existe una Andalucía solidaria y empática que lo único que quiere es poder trabajar, prosperar, ganarse la vida honradamente y respetar las libertades individuales y colectivas que no atenten contra derechos fundamentales de las personas.

Ya está bien de incultura, de servilismo y de ser el “hazmerreir” del resto de España, ya está bien de tanto complejo y ya está bien de tanto atraso (sobre todo mental) por mantener ciertas tradiciones por el simple hecho de que lo sean, reivindicándolas como “lo nuestro”, como si el hecho de que fuera “nuestro” hiciera que fueran mejores o respetables. Los tiempos cambian y el equilibrio entre mantener las raíces de aquello que nos identifica y a la vez, tener la capacidad de adaptarnos a esos nuevos tiempos, es lo que hace que los pueblos estén dotados de herramientas para que sus ciudadanos vivan mejor y sean más felices.

Así que con estos matices, me reitero en lo dicho… ¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!

 

Fdo. Diego Bueno


HABLEMOS DE: "EL MAL EN INTERNET"… POR FIN!!

  HABLEMOS DE "EL MAL EN INTERNET"… POR FIN!!    Internet, en general y las redes sociales, en particular, nos han acercado tanto...